La familia Flores está conformada por Claudio, su mujer y sus dos hijos: uno de ellos es Bastián de cuatro años, el protagonista del accidente. Se habían detenido en un puesto de comidas en Circunvalación y Conector Sur para comprar unos panchos, cuando uno de sus hijos sintió ganas de ir al baño.
Al no haber un sanitario en el lugar, siguieron caminando hacia una parte más oscura y cuando volvían uno de los niños simplemente desapareció de su lado. Se había caído a un agujero, a un pozo profundo, una especie de túnel con gran flujo de agua. "No me di cuenta que se había caído, venían al lado mío. Me avisó mi mujer, ví que era algo grave y me largué detrás", aclaró Claudio.
"Si me demoraba un minuto más lo perdía", reflexionó el padre.
"Vi la mitad de cuerpo de mi hijo en el pozo con los pies para arriba. Y después vi que se cayó" comentó la mujer de Flores y madre de Bastián. Ese pozo revestido de hormigón conduce a un canal entubado que recorre el lateral de la avenida. "Lo único que escuché es cómo corría el agua" explicó Flores.
El padre y el pequeño de cuatro años, recorrieron unos 500 metros en el canal -a tres metros de profundidad- en una corriente de agua a mucha velocidad hasta que el hombre se pudo agarrar de una escalera en donde esperaron la llegada de la policía y los bomberos. "Apenas caí me empezó a llevar el agua, era un pozo, un canal", recordó.
"Si no salía con Bastián, no salía de ahí", sentenció el papá
"Sentía que mi hijo gritaba 'papi, papi'. Yo trataba de no frenarme para llegar rápido a él. Lo sentía lejos. Le gritaba y él me respondía... hasta que estaba cada vez más cerca y más cerca. Lo pude alcanzar y pude rescatarlo", explicó Claudio.
"Fue un momento de película" expresó la mamá con el hilo de voz que le quedaba.
"Todo el tiempo trataba de hablar para no perderlo. Era un túnel por abajo de la tierra que no sabía a dónde conducía", agregó el padre. "No sabía si iban a volver", concluyó la madre.
Hoy la familia Flores está agradecida porque no tuvieron que lamentar ninguna víctima fatal, solo pequeñas heridas y golpes en la cara del propio accidente.