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Actualidad #River-boca

Macri y el "no entiendo" como forma de abstracción a los problemas

A pesar de la histórica relación entre el ex presidente de Boca y el fútbol, Macri jugó el papel del desentendido e indignado para intentar evadir responsabilidades

Macri y el "no entiendo" como forma de abstracción a los problemas

46 horas después de los acontecimientos y tras pasar el fin de semana en Chapadmalal, Mauricio Macri se refirió a los incidentes que obligaron a suspender el clásico entre River y Boca, correspondiente a la final de la Copa Libertadores. 

Acompañado por su ministra de Seguridad -que participó de la organización del operativo- Patricia Bullrich y el de Justicia, Germán Garavano, se mostró indignado por los eventos del sábado y dijo que "más allá del operativo policial" -organizado por todos hombres de su partido y principal responsable de lo sucedido- no se podía militarizar la ciudad por un partido. 

 

Como un padre enojado, el presidente de la Nación se abstrajo de los incidentes y no pudo entender cómo toda la dirigencia no salió "unánimemente a decir que esta no es la forma"

¿Cuál es el espacio que tiene para indignarse Macri? En sus 13 años como funcionario público no avanzó en proyectos para prevenir la violencia del fútbol, indicó a Filo.News el antropólogo social especialista en barrabravas José Garriga.

No obstante, Garriga considera que la ausencia de políticas públicas para la prevención de la violencia en el fútbol atraviesa transversalmente a todos los gobiernos. "El Estado no se hizo responsable del tema y ese es uno de los motivos por el que siguen sucediendo las cosas", dijo a Filo.News. 

"Aún si la barrabrava hubiera suspendido el partido por su interna con la dirigencia, el operativo estuvo terriblemente mal armado", sostuvo el especialista. 

Macri le dio cuestión de Estado a un partido de fútbol al despertarse una mañana, literalmente según sus palabras, y querer que el partido tenga público visitante, algo insólito para la mayoría de los encuentros futbolísticos en Argentina hace varios años. 

En ese contexto, su ministra de Seguridad garantizó al borde del canchereo su seguridad, al considerarlo "poca cosa" al lado de un G20. 

"La presidencia de Macri en Boca tenía relación con la barrabrava, nunca la cortó, él se desentiende de que formó parte de una red de relaciones sociales en que la barrabrava era un actor central", explicó Garriga.

Macri, el ciudadano indignado

A pesar de que la intención de los presidentes de hablar como 'ciudadanos comunes' es habitual entre todos los que ocupan la Casa Rosada, el líder de Cambiemos adopta la posición de un ciudadano indignado crítico con el poder.

"Toman el punto de vista de la crítica, de la autocrítica, no habla coloquialmente, habla como alguien indignado, pero el que está indignado lo está con el gobierno" , dice a Filo.News Soledad Montero, especialista en discursos políticos.

No es la primera vez que Macri asume ese rol, ya lo hizo, por ejemplo, cuando la Justicia decidió procesar al policía Luis Chocobar por el asesinato de un ladrón en La Boca. 

 

Con la parte de las culpas adoptada en su mayoría por parte del jefe de gobierno porteño, el gobierno baja al terreno de los ciudadanos de a pie y utiliza la indignación como síntoma de reflexividad. 

"Hay un meta discurso de evaluarse todo el tiempo, muy común del management que en el PRO usan mucho. Lo que no puede hacer es decir 'yo como presidente me equivoqué´, por eso toma la voz del ciudadano indignado", concluyó Montero.