Desde su llegada al poder de manera sorpresiva, las manifestaciones y marchas en contra de Donald Trump en Estados Unidos son cosas que se volvieron normales, en un país que no estaba habituado a eso durante los gobiernos anteriores.
Pese a obtener la victoria, la actual gestión de la Casa Blanca ha tenido una gran cantidad de reveses dentro del Parlamento, e incluso dentro del mismo gobierno, y muchas de estas situaciones se encuentran ligadas a los inmigrantes.
En las últimas semanas, y tras más de cinco años de vigencia, Donald Trump informó que en los próximos seis meses se dará de baja el proyecto DACA, que incluye a más de 800 mil "soñadores" inmigrantes, que les permite obtener empleos temporales y licencias de conducir de manera legal.
Ante esto, el Congreso le otorgó un plazo de seis meses previo a que se confirme el fin del programa, y miles de ciudadanos norteamericanos se manifestaron en contra de dicha resolución. Según una encuesta, el 54% de ellos pretende que el Congreso abra un camino para que se les de la ciudadanía.
Mientras tanto, un 19 % quiere que el Congreso les permita quedarse en Estados Unidos, pero sin que les permita acceder a la ciudadanía, mientras que un 12 % de los votantes quiere que se apruebe una ley que autorice la deportación de los "soñadores".
Lejos de demostrar tener el control total y absoluto del gobierno, desde el Parlamento, principalmente desde la oposición, informaron que Donald Trump estaría dispuesto a firmar una acta para regularizar la situación de los soñadores.