Tras muchos años de llevar en su empaque a una mujer cocinera negra, la harina Blancaflor cambió su imagen y la quitó de la envoltura. Este cambio fue celebrado por usuarios en redes sociales y organizaciones de derechos humanos que consideraban al logo racista.

Además, expresaron que reforzaba prejuicios hacia las personas afrodescendientes en el país. La harina leudante es producida por la empresa Molinos que no se proclamo públicamente respecto de este cambio.

La ilustración mostraba a Doña Flor, una mujer negra con camisa, sombrero de cocinera, aros blancos y delantal rojo que remitía al estilo de los esclavos negros de la época colonial que servían en las casas de las familias adineradas.

Gracias al rebranding, que convirtió al producto en trending topic, la imagen de la mujer fue reemplazada por la de un palo de amasar y un par de manos junto a un bol lleno de una preparación que podría ser la de una masa de tortas o budines.

Desde la militancia antirracista celebraron este cambio y alentaron a otras marcas a continuar hacia el mismo camino.