El 17 de marzo de 1992 se producía una de las peores tragedias que sufrió la historia de nuestro pais. El atentado a la Embajada de Israel es una herida que aún se mantiene abierta y por la que aún no hay justicia
A las 14.45 de aquel 17 de marzo, un coche bomba estalló frente al edificio de la esquina de Arroyo y Suipacha causando la destrucción de la embajada, una parroquia, un hogar de ancianos, una escuela y casas de vecinos.
Este atentado provocó la muerte de 29 personas y 242 heridos. Sin embargo, a pesar de haberse comprobado cómo se actuó para que se produjera el atentado, no hay detenidos.
El 23 de diciembre de 1999, la Corte Suprema de Justicia, encargada de la investigación, dictaminó que el hecho "fue causado por la explosión de una carga de pentrita y trinitrotolueno que había sido acondicionada en la parte posterior derecha del interior de una camioneta Ford F-100". La responsabilidad del atentado fue atribuida a la Jihad Islámica, un brazo armado del Hezbollah.
En 2015, la Corte solicitó la captura internacional de dos personas acusadas de participar en este hecho. Hussein Mohamad Ibrahim Suleiman y José Salman El Reda Reda, hombre que desarrollaba actividades en la 'Triple Frontera' (Argentina, Paraguay y Brasil) manteniendo contactos con gente ligada al Hezbollah.
Sin embargo, pese a estas acusaciones y a la "rosca política", la causa del atentado todavía sigue abierta, pero sin acciones por parte de la Corte. El pedido de justicia por parte de Israel, su comunidad, la familia de las víctimas y sobrevivientes es incesante.
Por eso, en el 25º aniversario del atentado a la Embajada de Israel, todos debemos recordar y reflexionar acerca de este hecho. Y, por supuesto, elevar el pedido de justicia.