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Un estudio demostró que los maridos estresan más que los hijos, ¿por qué?

Al parecer el hogar perfecto no existe y las tareas dentro de él tampoco son equitativas. ¿Qué sucede con ello? ¿A quién le afecta más? ¿Por qué? ¡Enteráte en esta nota!
Un estudio demostró que los maridos estresan más que los hijos, ¿por qué?

Si bien existen excepciones, como en todas las reglas, en la mayoría de los hogares quien lleva el mando es la mujer. La que se encarga de todas las responsabilidades en cuanto a la educación de los hijos y los quehaceres de la casa.

Obviamente ninguna familia se parece a ninguna otra, pero en la mayoría de los hogares la realidad es que el padre no ayuda en los quehaceres, sino más bien lo contrario, le da aún más trabajo a la mujer, porque no todos son padres y esposos comprensivos y colaboradores. 

En Estados Unidos se realizó una encuesta donde más del 46% de las madres de familia afirmaron que el estrés en sus casas es ocasionado regularmente por el esposo y no por los hijos.

La realidad es que a los hombres no les preocupan las tareas del hogar, de hecho muchas veces ignoran que estas deben ser repartidas en partes iguales, justamente porque son pareja. En la encuesta realizada, muchas mujeres argumentaron que en ocasiones es preferible que el hombre este la mayor parte del tiempo fuera de casa, así se les complican mucho menos las tareas.

Lo que produce esto es la frustración y el desencanto de la pareja soñada. Muy rápidamente llegan las desilusiones y también el estrés que se va acumulando día a día por situaciones diversas, porque si bien el cerebro de la mujer está capacitado para resolver y soportar los berrinches de los niños, no así está preparado para los del esposo o pareja como si éste fuera un niño más.

El 75% de las mujeres dijo que, prácticamente ellas cargan con toda la responsabilidad, desde levantar a los hijos para ir al colegio, hasta darles de cenar a todos los integrantes de la casa.

Lo que hay que dejar en claro es que el culpable no es él ni tampoco la mujer, sino que el problema reside en la falta de comunicación y en situaciones que generan tensión. Por lo tanto habría que identificarlas para poder modificarlas y recurrir al diálogo para poder entenderse y mejorar las falencias.

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