Lewis Williams, ex trabajador de una compañía estadounidense de ingeniería, fue detenido tras admitir a su jefa, Linda Moore, que el café que le preparaba cada mañana durante 4 cuatro años llevaba su propio semen, en lugar de la tradicional leche de vaca.
¿Cómo? Sí, así fue. Lewis era el encargado de preparar la bebida energética de su superior todas las mañanas, y lo hacía sin emitir queja alguna. Lo que todos desconocían era su desagradable secreto: el ingrediente que hacía que su café fuera diferente a todos, al eyacular directamente en él.
Ante 12 personas y en medio de una acalorada discusión con Linda, Williams admitió que "cientos" de veces había "cortado" la infusión con semen y se la había entregado a su jefa para que bebiera.
Ahora, además de haber lógicamente sido despedido, se enfrenta a una pena de 10.710 años de cárcel por esos 860 delitos, calificados como abuso sexual.