Un grupo de investigadores de la Universidad de Osaka presentó su nueva creación, un androide bebé con expresiones realistas.
Más allá de los incontables perros robots que han sido lanzados al mercado a lo largo de los años, los científicos nipones parecen obsesionados con los bebés androides. En particular el profesor Minoru Asada, quién recientemente mostró una nueva versión de su última creación, Affetto.
Affetto fue revelado inicialmente en 2011 como una cabeza robot que capaz de recrear expresiones humanas a través del movimiento de los ojos, la quijada, las cejas y los labios. Pero para demostrar las posibilidades de la nueva versión los investigadores de la Universidad de Osaka no tuvieron mejor idea que ponerle pelo y una capa de piel realista.
Hisashi Ishihara, uno de los creadores de Affetto, asegura que “las caras de los androides continúan siendo un problema”. El ingeniero explica que las investigaciones del equipo les permitirán controla de manera efectiva los movimientos faciales del androide y mostrar expresiones realistas, como sonrisas, sorpresa o enojo.
De acuerdo al texto de la investigación, publicada enel portal Frontiers el objetivo es que "los androides puedan expresar una amplia gama de emociones y, finalmente, tener una interacción más profunda con los humanos”.
El nuevo modelo de Affetto tiene 116 puntos faciales, cada uno de los cuales representa lo que los investigadores llaman una “unidad de deformación”. Esas unidades están compuestas por una serie de mecanismos que una vez activados crean contorsiones faciales distintivas, como el movimiento de un porción del labio o ceja.
Affetto no es el primero de su tipo. Asada lleva más de una década creando estos niños robots, que han evolucionado significativamente con el paso de los años. Todos los modelos presentados hasta ahora pertenecen a la línea M3 (“Man-Made Man” u “Hombre hecho por el hombre”) e incluyen cámaras en los ojos, sensores en el cuerpo y micrófonos y parlantes para comunicarse.
Sin dudas es inquietante, pero es en definitiva el camino a recorrer antes de llegar a los androides realistas que solemos ver en las películas de ciencia ficción. Es una tarea dura y perturbadora, pero alguien tiene que hacerla.