Con el inicio de la temporada de verano, Chile se prepara para recibir una oleada de turistas argentinos que cruzan atraídos por el “dólar barato” y precios más accesibles que muchos destinos locales. Pero el comienzo ya se siente con demoras: este sábado, el Paso Internacional Cristo Redentor está habilitado en ambos sentidos y se registran esperas de hasta cuatro horas para ingresar desde Argentina.

Las autoridades del Sistema Integrado informaron que el tránsito sigue operativo, aunque con una fuerte congestión en alta montaña. Durante la mañana, la fila para llegar al complejo chileno Los Libertadores alcanzó unos cuatro kilómetros. En sentido contrario —de Chile hacia Argentina— prácticamente no hay demoras.

Hasta el viernes, las esperas máximas rondaban los 90 minutos. Pero este sábado los tiempos se duplicaron por el recambio turístico y el aumento del flujo hacia las playas de Reñaca, Viña del Mar y La Serena, destinos favoritos para mendocinos, cordobeses y sanjuaninos.

Para ordenar el cruce, se habilitó un “pulmón” de estacionamiento en Penitentes para vehículos livianos. Así se regula el paso por tandas y se evita que los autos queden detenidos en zonas sin servicios, junto con un sistema de “liberación controlada” de vehículos encapsulados.

El gobernador de Mendoza, Alfredo Cornejo, recorrió Penitentes y Uspallata para supervisar los operativos. Dijo que “anticiparse es clave” y destacó el rol de los paradores, sanitarios y servicios disponibles como apoyo para quienes viajan a Chile.

El complejo Cristo Redentor —a más de 3.000 metros de altura— conecta Mendoza con la región de Valparaíso a través del túnel internacional y es una de las rutas terrestres más utilizadas entre ambos países. Allí funcionan Migraciones, Aduana y Gendarmería, además de los controles chilenos en Los Libertadores.