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La investigación contra secta rusa en Bariloche suma dos acusadas más

La fiscalía detalló que las mujeres formaron parte de la organización que aprovechó la vulnerabilidad de la víctima; se mantienen restricciones de movilidad y medidas de seguridad sobre los imputados.

La investigación contra secta rusa en Bariloche suma dos acusadas más

El fiscal general Fernando Arrigo, a cargo de la Sede Fiscal Descentralizada de San Carlos de Bariloche, formalizó la investigación penal contra dos mujeres más en la causa por explotación sexual y reducción a la servidumbre vinculada a la secta rusa. Con estas nuevas imputaciones, ya son 21 los acusados en la causa, que tiene detenido al líder de la organización, Konstantin Rudnev.

Durante la audiencia de formalización, que comenzó el jueves pasado y concluyó este martes, la fiscalía sostuvo frente al juez de Garantías, Gustavo Zapata, que las mujeres, identificadas por sus iniciales como D.Z. y N.P., “formaron parte de la organización que captó, trasladó y acogió a la víctima con fines de explotación sexual y de reducción a la servidumbre, para lo cual medió coerción y engaño -la fachada de un espacio espiritual y de práctica de yoga-, y se aprovecharon de su extrema situación de vulnerabilidad”.

Según fuentes judiciales, las partes dieron a conocer sus planteamientos y se confirmó que las mujeres quedaron formalmente acusadas. Aunque no fueron detenidas, se ordenó la retención de sus pasaportes y se les prohibió salir del país. Estas medidas ya se habían aplicado al inicio de la investigación, cuando se les secuestraron computadoras, celulares y ropa erótica.

Previamente, Rudnev, detenido en la Unidad 6 del Servicio Penitenciario Federal de Rawson, Chubut, había solicitado nuevamente la prisión domiciliaria, que le fue otorgada inicialmente. Sin embargo, la Cámara Federal de Apelaciones de General Roca hizo lugar al recurso de la fiscalía, al considerar que “no había justificación para dicho beneficio”, por lo que continuará en la cárcel.

El principal acusado es conocido a nivel mundial como fundador de la secta en Rusia durante la década de 1990 y fue condenado a 11 años de prisión por abuso sexual. Tras esa condena, huyó de la República Montenegrina, donde tenía un pedido de captura emitido en octubre de 2024, y se estableció que ingresó a la Argentina.