Rod Stewart regresó a la Argentina con todo el glamour que lo caracteriza y un espectáculo que podría estar perfectamente en cartel en Las Vegas. A los 80 años, el cantante británico se presentó este martes en el Arena de Villa Crespo, en el primero de sus tres shows agotados, con un despliegue visual y sonoro que reafirma una vez más por qué sigue siendo una leyenda viva del pop y el rock.

Puntual, a las 21, las pantallas gigantes del estadio dieron la bienvenida con un mensaje del propio artista: "Buenas noches, damas y caballeros. Es un placer estar de vuelta en esta magnífica ciudad de Buenos Aires y actuar para ustedes una vez más. La banda y yo estamos realmente emocionados. Que comiencen los buenos momentos y disfruten de la velada. Con cariño, Rod y la banda”.

A partir de ahí, la noche se transformó en una sucesión de hits, reversiones y momentos emotivos que recorrieron toda su carrera. First cut is the deepest llegó al corazón de cada uno de los fans, entre los que había un pequeño fan club vestido del Celtic, equipo del que Rod es hincha. También sonaron Tonight’s the night (gonna be alright) y Forever young, con un Stewart que nunca dejó de brillar, con un carisma intacto, que combina el glamour inglés con una energía que desafía el paso del tiempo.

Su voz, rasposa y única, se impuso sobre una banda que acompañó de una manera increíble, con una formación que incluye coristas, en las que se apoya a cada momento y que tienen su momento en canciones como Proud Mary; sección de vientos, trío de cuerdas y hasta arpa y violín, que se suman para darle textura las canciones.

Como no podía ser de otra manera, con Sexy Rod aprovechó para bailar y recordar que en la vida jamás se deja de ser sensual pese a los años. Entre las butacas, las fanáticas no paraban de gritar "te amo", como quien lanza un piropo. 

Entre los momentos más destacados, hubo un homenaje a Tina Turner con It takes two, canción que interpretaba junto a la cantante; y un cierre que interpeló la argentinidad con su banda interpretando “Don’t cry for me Argentina”, compuesto por Andrew Lloyd Webber y Tim Rice para el musical Evita, con una imagen de Eva Perón proyectada en pantalla, que fue el broche de oro para un show que combinó espectáculo, nostalgia y emoción.

Con casi dos horas de música, luces, cambios de vestuario y una puesta en escena minuciosa, Rod Stewart volvió a demostrar que los años pueden pasar, pero el brillo de una estrella no se apaga. El artista continuará su paso por Buenos Aires con dos fechas más en el Arena, el 23 y 24 de octubre, antes de seguir con su gira latinoamericana.