En los meses más fríos del año, las intoxicaciones por monóxido de carbono se vuelven una amenaza silenciosa, y desde el Hospital de Clínicas de la UBA insisten en la importancia de estar atentos a los síntomas y prevenir accidentes domésticos. “Al aparecer ‘disfrazada’ de otras problemáticas, como una intoxicación alimentaria, suele subestimarse”, sostuvo el Dr. Gabriel Arcidiacono (MN 117.135), Jefe de Toxicología Clínica de la institución.
Las medidas de prevención incluyen garantizar la ventilación en los ambientes donde funcionan artefactos a gas. En caso de no contar con rejillas, se deben dejar las ventanas abiertas al menos unos centímetros para asegurar la circulación del aire. También se recomienda hacer revisiones periódicas de estufas y calefones con un gasista matriculado, y contar con su intervención en la instalación de nuevos equipos.
Respecto al uso de hornallas, no se aconsejan para calefaccionar. Si se utilizan, es clave observar el color de la llama, de hecho, desde el equipo de toxicología indican que "debe ser azul para ser segura. Que esté amarilla o naranja es símbolo de mala combustión". Sobre salamandras y braseros, se recomienda que se usen solo durante el día y con ventilación adecuada. Los generadores eléctricos, en tanto, deben dejarse fuera de la casa por el riesgo de intoxicación, ya que funcionan con combustible.
En cuanto a los síntomas, el Dr. Arcidiacono detalló: “Los más frecuentes son dolor de cabeza, náuseas, vómitos, debilidad, confusión, visión borrosa, problemas de coordinación en la marcha, falta de aire, palpitaciones y respiración agitada”. Además, advirtió que estos signos pueden agravarse al permanecer en el ambiente contaminado, y en los casos más severos derivar en pérdida de conocimiento, convulsiones, arritmias cardíacas, coma y muerte. Las mascotas también pueden presentar síntomas, incluso antes que las personas.
Frente a una intoxicación, se recomienda acudir al centro de salud más cercano. “El efecto puede tener consecuencias a largo plazo, con secuelas neurológicas, por ejemplo. La administración de oxígeno en el momento es fundamental”, explicaron desde el hospital. En los casos más graves, el tratamiento incluye internación en terapia intensiva o el uso de cámara hiperbárica. A su vez, es importante que quienes compartieron el mismo ambiente con la persona afectada realicen una consulta médica: "El monóxido de carbono es muy liviano, por lo que puede pasar de un piso a otro".
"Quien haya sufrido la intoxicación debe seguir con reevaluaciones por toxicología e interconsultas programadas con diferentes especialidades médicas una vez que tenga el alta de internación y a lo largo de mínimamente 40 días (además se dan pautas de alarma a los contactos del intoxicado para que observen y vuelvan a consultar lo antes posible)", explicó el Dr. Arcidiacono. Y agregó: “Muchas veces, personas que han tenido pérdida de conocimiento o convulsiones notan la mejoría de los síntomas y deciden no volver a consultar, lo cual es un error”.