“Siempre creí que vivir de la música iba a ser tocar música”, dice José Palazzo, aunque la vida lo haya llevado a trabajar con la música pero debajo del escenario, produciendo a las bandas. Sin embargo, con Los Mentidores esa balanza parece inclinarse: se para sobre el escenario para tocar blues, otro de sus sueños cumplidos; y ahora lanzan Blend, un nuevo álbum que cuenta con la producción de Ricardo Tapia, de La Mississippi.

“Consumimos lo que vendemos”, enfatiza. A diferencia del consejo narco de Scarface, Palazzo asegura que él sí se deja llevar por lo que produce. "Disfruto mucho de la música", reconoce. Y es que, esa es su pasión, entre sus géneros preferidos más allá del rock también está el blues, y como toda pasión, tiene momentos de devoción absoluta, de viaje musical (real y metafórico), de tocar por amor a la música, aunque sea un martes a la noche en un barcito. Así arrancaron Los Mentidores.

Los Mentidores presentan Blend, su tercer álbum de estudio

"Este disco es pasión musical", reconoce Palazzo sobre Blend, que cuenta con la participación de Juanse, Euge Quevedo, Ricardo Tapia y Joaquin Levinton. La banda, compuesta por Franco Ronchetti (voz y guitarra), José Palazzo (bajo), Diego Mari (guitarra), Fernando Ormeño (voz y armónica) y Claudio Grimau (batería), empezó como una zapada entre amigos que solo podían tocar los martes en el bar El Mentidero de Córdoba para 20 personas, según cuenta el productor de Cosquín Rock. Con los años, la zapada se convirtió en una banda, grabaron discos, se animaron a los escenarios y hoy presentan su tercer material de estudio: Blend, una mezcla de estilos, referencias y sonidos.

Entre risas, desde el inicio de la pre-escucha del álbum en las oficinas de Popart Discos, el productor de Cosquín Rock asegura que "pierde plata" con Los Mentidores y hace chistes con la disquera que no se van a hacer ricos tocando blues. 

“El disco no se iba a llamar así, pero fue saliendo solo. Es una mezcla de muchos colores musicales, de muchos sabores musicales con un único resultado. Cuando se mezclan varias cepas sacas un vino que no es ni Malbec ni Merlot: es blend”, cuenta Palazzo. 

El productor es Ricardo Tapia de La Mississippi, a quien Palazzo esperó un año para grabar y Tapia pudo recién en febrero, mes en el que se realiza el Cosquín Rock. Pero José no estaba dispuesto a dejar pasar otro año y el álbum no iba a salir sin la producción de Tapia, podía, pero no era lo que querían. 

La idea no era hacer un disco de blues clásico, sino abrirlo: "A Ricardo le gustó. En los blues clásicos que nosotros ya teníamos compuestos le empezamos a buscar una vuelta a alguno de los shuffles que teníamos y lo transformamos en un funky, o a una canción que era un slow blues, lo transformamos en un gospel o alguna canción que teníamos que era más como un country, lo transformó en un slow country o un country blues. Nos dio una apertura muy linda", resume el bajista y reconoce que, con Los Mentidores, Tapia se animó a hacer lo que no haría con La Mississippi. 

La canción homónima, Blend, es un tema instrumental grabado en una sola toma, que hasta que llegaron a la pre-escucha no volvieron a escuchar. Esa es la confianza, ciega, que le tienen Los Mentidores a Ricardo Tapia.

“Hay guiños a los Piojos, hay rock and roll, hay gospel. Y todo eso convive con algo que no es tan habitual: hacemos blues alegre. Hay canciones tristes con música luminosa, tocadas con alegría”, resume.

"My baby don't love me", una canción que cuenta sobre un amor que se terminó, cuenta con la participación de Mysti Soul Choir que es un coro gospel de Córdoba que le dio un toque de soul increíble a la canción. La canción, según cuenta Palazzo, cierra con los aplausos que Ricardo Tapia les enseñó a hacer con las piernas. No, no se aplaude con las manos en las grabaciones, se hace sobre los cuádriceps. 

Con la mezcla de colores musicales que adelantó Palazzo que proponía este álbum, "No lo pienses más", que cuenta con la colaboración de Joaquín Levinton, tiene una fuerte base funky con un beat envolvente. Una balada que invita a una mujer a enamorarse: "Quiero verte entrar por la ventana, ser la historia de amor que me contaron, ser el complice de todo lo que te pasa". 

"A todo que sí", que es un funky, bailable y con un groove bien marcado, incluye además un guiño directo a Taxi Boy de Los Piojos. Palazzo contó en la escucha que le escribió a Andrés "Ciro" Martínez para hacer una colaboración e iba a realizarse para este álbum pero no llegaron porque el líder de Los Piojos salió de gira por el interior del país. Se esperaba que la banda de El Palomar se despidiera en el Quilmes Rock, pero en medio de la fiebre piojosa, el reencuentro se extendió hasta el pasado 23 de junio. "Andrés me dijo: 'Si no llegabamos a grabar ese tema que teníamos previsto, hagamos uno juntos'. Porque a él le gustó la idea de irse a Córdoba tres días y componer con los músicos. Así que tal vez en diciembre salga un nuevo tema", adelantó Palazzo.

Blues local: la raíz cordobesa, la herencia de Pappo y el fantasma de Manal

Aunque la referencia geográfica del blues parezca venir siempre de Memphis o Chicago y estos lugares son la raíz, Palazzo no duda: en Argentina también hay una presencia muy fuerte del blues desde los inicios de nuestro rock nacional. “Manal fue nuestro primer artista de blues, y todos los grandes del rock argentino tienen un blues: los Piojos, la Renga, los Ratones, los Redondos, todos”, enumera. Pero el foco también está en Córdoba.

“El primer blues cordobés famoso lo compuso el Gordo Cueto, que después lo hizo popular la Mona. Era un shuffle. Nosotros somos fans de ese blues local, que mezcla a Pappo con el cuarteto”, explica. Esto no es casual, ya que muchos músicos del rock cordobés se reconvirtieron tocando en orquestas de cuarteto.

Del escenario al alma: cuando la música es resistencia

Además de Los Mentidores, Palazzo programa hace diez años la Casita del Blues en Cosquín Rock, una trinchera donde ese estilo sobrevive con amor, saliendo de lo mainstream. “La gente se para frente al escenario, baila y la pasa bien. Quizás en su casa no escucha blues, pero si Los Mentidores te tocan 10 canciones en un bar con una birra en la mano, terminas bailando”, asegura.

Y en esa simple postal está el corazón del proyecto. “Somos fanáticos de esto. Yo viajé a Memphis, a Nashville, a Alabama. Estudié esa música. Y cuando tocamos, nos pasa algo: lo disfrutamos. El tiempo vuela, como en las cosas lindas”, dice.

El tema que más le gusta del disco se llama “Me levanté”, es eléctrico, autoreferencial, confesional. Pero también nombra otro: My baby don't love me, un tema alegre cantado con un coro gospel que narra el abandono de una pareja. “La historia es tristísima, pero la música es feliz. Brilla”, dice, y sonríe.