El Papa Francisco, aún con dificultades por sus problemas de salud, ha reaparecido en persona ante los fieles en la Plaza de San Pedro del Vaticano, al final de la misa del Jubileo dedicada a los enfermos de este domingo.
"Buen domingo a todos, muchas gracias”, dijo a los fieles y recorrió parte de la plaza impartiendo bendiciones. Los fieles lo recibieron con aplausos y al grito de "viva el papa".
Luego de más de un mes de internación por una neumonía bilateral y dificultades respiratorias, el papa llamó a no apartar de la sociedad a quienes padecen la enfermedad pues “afrontar juntos el sufrimiento nos hace más humanos”, dijo en una homilía leída en su nombre en la misa.
En el texto, el papa aseguró “ciertamente la enfermedad es una de las pruebas más difíciles y duras de la vida” pero que “la habitación del hospital y el lecho de la enfermedad pueden ser lugares donde se escuche la voz del Señor”.
La homilía fue leída en su nombre por el arzobispo Rino Fisichella frente a 20.000 personas que se reunieron en la plaza de San Pedro, entre ellos voluntarios y sanitarios que peregrinaron a Roma para cruzar la ‘Puerta Santa’ por el Jubileo.
“El Señor les ofrece la oportunidad de renovar continuamente su vida, nutriéndola de gratitud, de misericordia y de esperanza. Permitan que la presencia de los enfermos entre como un don en su existencia, para curar sus corazones, purificándolos de todo lo que no es caridad y calentándolos con el fuego ardiente y dulce de la compasión”, se dirigió a médicos, enfermeros y personal de la salud.