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El primer Premio Zenda de Narrativa lo ganó Leila Guerriero por su libro "La llamada"

Organizados por la revista Zenda Libros para reconocer la labor literaria, editorial y de fomento de la lectura, los galardones distinguieron a la autora argentina.

El primer Premio Zenda de Narrativa lo ganó Leila Guerriero por su libro "La llamada"
El primer Premio Zenda de Narrativa lo ganó Leila Guerriero por su libro "La llamada"

Leila Guerriero el primer Premio Zenda de Narrativa dedicado a reconocer las labores literarias de 2023-2024, por su libro La Llamada, donde relata en la historia de vida de Silvia Labayru, ex montonera que estuvo secuestrada en la ex ESMA entre 1976 y 1978, cuando la liberaron.

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Al mencionar su reconocimiento, destacaron que la autora de tantos títulos ilustres como Teoría de la gravedad (2019) y Los suicidas del fin del mundo (2005), convirtió un "caso de terrorismo político en un tremendo, conmovedor y a la vez humorístico relato sobre experiencias límite de la vida y sobre el poderoso instinto humano de supervivencia". 

Por su parte, Guerriero, quien actualmente además se desempeña como columnista del diario español El País, recibió el premio con “alegría y una sorpresa". En sus palabras: "No solo por el hecho de que el libro haya ganado en la categoría de narrativa, sino porque me parece estupendo que se cree un premio para reconocer la obra de diversos autores en tiempos en los que, más que celebrar y reconocer, parecemos empeñados en destruir”.

El primer Premio Zenda de Narrativa lo ganó Leila Guerriero por su libro "La llamada"

Los Premios Zenda están promovidos por la revista Zenda Libros y tienen como objetivo reconocer la labor literaria, editorial y de fomento de la lectura. Su primera edición se celebró el martes 14 de enero, donde se distinguió a otras y otros autores como: Fernando Arrabal, con el Zenda de honor; María Sánchez, De Poesía por Fuego la sed, y Xavier Pla, el de Ensayo por la biografía de Josep Pla Un corazón furtivo (Destino); Fernando del Rey y Manuel Álvarez Tardío recibieron el De Historia por Fuego cruzado (Galaxia Gutenberg), sobre la primavera española de 1936; y el de Infantil y Juvenil fue para Ledicia Costas, por Siete dientes de león (Nórdica).

 El primer Premio Zenda de Narrativa lo ganó Leila Guerriero por su libro "La llamada" | Foto Créditos: Kiko Huesca (EFE)

Por su parte, el premio Ópera prima lo ganó Camila Cañeque por La última frase; el de Traducción para Cristina Gómez Baggethun; el de Innovación, para Jorge Carrión; mejor librería para Librería Gil (Santander); Mejor editorial para Visor Libros y Premio Especial Zenda-Edhasa para Augusto Ferrer-Dalmau.

Leila Guerriero en su paso por Filo.news

La célebre comunicadora y escritora fue invitada a conversar sobre su novela en un diálogo donde contó las singularidades que la motivaron a escribir la historia y perfil de Labayru, entre ellas: fue una de las 3 mujeres que estuvieron secuestradas por la dictadura y decidieron iniciar un juicio por violencia sexual a sus represores.

Sin embargo, también la conversación ahondó en otros focos. De modo que Guerriero también extendió sus reflexiones sobre el sentido que le otorga a escribir y a hacer periodismo.

"Yo no puedo vivir sin escribir, si no escribo me licúo, el mundo pierde consistencia. Cuando uno no escribe uno está como dormido, como anestesiado. Entonces para mí permanecer en estado de escritura, no voy a decir que es ideal porque no hay estados ideales pero es el único donde realmente me siento viva. Obviamente no se puede permanecer siempre en estado de escritura y ese es un problema para alguien que escribe. (...) Yo estoy todo el tiempo pensando: «esto puede ser un libro, o una columna». A veces estoy mirando la televisión y pienso qué podría decir yo acerca de esa publicidad. Alguien podría pensar que eso es desgastante, o que me mantiene en un estado de cámara encendida. Para mí resulta muy excitante, resulta muy estimulante. Estar en esa traducción permanente de la realidad a la escritura es lo que me gusta y en ese sentido digo que es muy egoísta porque la escritura también es una forma de eyectarse de uno mismo. Es paradójico porque a través de la escritura uno llega a contactarse mucho con uno mismo: uno es realmente quien es cuando está escribiendo y al mismo tiempo está completamente desentendido, en una especie de trance ajeno, de embeleso. Yo busco mucho estar en ese estado y por eso digo que es egoísta porque lo que uno quiere es tratar de contar las historias de la mejor manera posible, saciar su curiosidad, meterse en mundos en los que de otra forma no se podría meter", expresó en una nota que te invitamos a leer completa