En el Şanlıurfa GAP Stadium tuvo lugar este domingo un hecho inusitado para el fútbol turco cuando, después del gol de Mauro Icardi a los 50 segundos de iniciar el partido, los juveniles del Fenerbahçe se retiraron del campo de juego en señal de protesta contra la Federación Turca de Fútbol (TFF), y el Galatasaray se consagró campeón de la Supercopa de Turquía.

En el primer minuto de juego, tras un rechazo largo de un defensor del Galatasaray, Barış Alper Yılmaz le bajó la pelota de cabeza al argentino, quien con un toque suave y preciso remató cruzado para marcar el 1 a 0. Antes de continuar el partido, los juveniles del Fenerbahçe abandonaron el campo de juego, enfurecidos contra la TFF.

La acción rebelde del conjunto turco nace del rechazo de la Federación al pedido inicial de los directivos sobre el aplazamiento del enfrentamiento, debido a que el próximo jueves enfrentará al Olympiacos por el partido de ida por los cuartos de final de la Europa League. Además, el Fenerbahçe había solicitado también que el partido sea dirigido por un árbitro extranjero y no turco, aduciendo que tendrían un trato desfavorable. Sin embargo, la TFF no hizo caso a ninguno de sus pedidos, por lo que el club que preside Ali Koç tomó la drástica decisión de abandonar la cancha ante el primer gol.

"Hay mucho que explicar. En primer lugar, quiero decirles esto a todos los aficionados del Fenerbahçe, sin importar lo que suceda hoy, lo que haya sucedido hasta ahora. Las injusticias que vivimos, las conspiraciones de la organización terrorista, el intento de asesinato de nuestro equipo de fútbol, el intento de linchamiento de nuestros futbolistas en nuestro último partido fuera de casa, nuestros campeonatos que fueron robados por la fuerza", declaró Koç en la conferencia de prensa posterior.

En esa línea, el presidente del club se refirió al presente del fútbol turco y reflexionó: "Es hora de reiniciar el fútbol turco. Estamos en un período en el que es necesario que el fútbol turco se reconstruya. Hay personal calificado en Turquía para hacer esto. Este es el momento en que la imparcialidad, la competencia leal y la ética deportiva deben pasar a primer plano".

Tras el acto de rebeldía del equipo que dirige İsmail Kartal, el árbitro dio por terminado el partido y, ante un confuso contexto que sorprendió a propios y ajenos, el Galatasaray armó dos equipos mixtos y jugó unos minutos frente a las miradas desconcertadas de los aficionados que permanecían en el estadio.

Con el insólito triunfo de esta tarde, Icardi sumó su tercer título en el Galatasaray -sumado a la Superliga y la Supercopa de Turquía de la temporada pasada-, y el noveno en su carrera en clubes.