Dos activistas climáticos atacaron este martes 13 de febrero “El nacimiento de Venus”, obra de Botticelli que se expone en la Galería Uffizi de la ciudad italiana de Florencia, adjuntando en el vidrio protector de la misma imágenes de los daños de las recientes inundaciones en la región de Toscana.

Tras el suceso, las autoridades despejaron inmediatamente la sala y se llevaron a los dos manifestantes del movimiento climático "Última Generación" (Ultima Generazione, en italiano) para interrogarlos. Según una nueva ley, corren el riesgo de recibir hasta seis meses de cárcel.

Los materiales de protesta - fotografías del aluvión del pueblo toscano de Campi Bisenzio del pasado noviembre - se retiraron fácilmente del cristal sin dejar rastro en la obra y la sala se volvió a abrir en 15 minutos.

“El nacimiento de Venus” es una de las obras más famosas del Renacimiento florentino, 

Los activistas dijeron que estaban protestando por la incapacidad del gobierno italiano para abordar los problemas climáticos que resultan en inundaciones y deslizamientos de tierra más frecuentes, incluidas graves inundaciones en Toscana el año pasado que dejaron al menos seis muertos y causaron daños generalizados.

“Ultima Generazione”, cuyos integrantes están siendo juzgados por otras acciones similares en los últimos meses, explicó en su perfil de Instagram que han vuelto a protestar “para exigir un Fondo de Reparación para los damnificados por catástrofes climáticas”.

“Hemos vuelto a actuar a pesar de las medidas cautelares y el riesgo de acabar en la cárcel. Lo hemos hecho porque era lo justo”, apuntaron los activistas, junto a un enlace en el que piden donaciones para los gastos legales que afrontan.

El pasado 18 de enero el Parlamento italiano adoptó una ley que aumenta las penas para los autores de acciones contra monumentos, lugares culturales, obras de arte, monumentos o bienes del patrimonio cultural: los autores de actos vandálicos serán castigados con multas de hasta 60.000 euros, además de con sanciones penales. 

La norma fue impulsada por el ministro de Cultura, Gennaro Sangiuliano, para combatir en particular las protestas de los activistas climáticos y luego de que un juez de Florencia estimara en diciembre que dos activistas que en 2022 habían pegado sus manos al cristal que protegía otra pintura de Botticelli, también expuesta en los Uffizi, no habían cometido delito.