“Ana Karenina en Halloween” describe a una pareja que hace dos años tuvieron un hijo y sus vidas cambiaron. Inés, protagonizada por Florencia Torrente es actriz, mientras que Lorenzo, papel que realiza Federico Salles, es diputado.

La trama comienza cuando ambos acaban de llegar de una fiesta de disfraces y por la mañana, él tiene una entrevista en un programa de televisión con mucha audiencia. Por ende, debe prepararse. Sin embargo, algo que sucedió en la fiesta no lo deja concentrarse. Tampoco el hecho de que Inés esté disfrazada de Ana Karenina.

Además, otro hecho a resaltar es que en la historia es que Inés tuvo que cancelar un importante contrato para protagonizar una serie basada en Ana Karenina, y desde entonces no volvió a trabajar. Lorenzo, en cambio, desde que está con ella se hizo más conocido y tiene una agenda política agitada.

Lo interesante de la obra es la manera en que se relata el hecho de tener un hijo y cómo la vivencia es diferente para la madre que para el padre. Ya que Lorenzo no tuvo que resignar sus proyectos personales en pos de su paternidad, cosa que para Inés fue inevitable.

En ese sentido, la pregunta por la fantasía es la que invita a que la audiencia se cuestione la experiencia de ser padres. ¿Cuál es la entrega en la maternidad y cuál es la de la paternidad? ¿Hay posibilidad de escuchar los deseos y fantasías personales una vez que sos madre? Son algunas de las preguntas que deja la obra.

En palabras de la autora, Eva Halac: “En la novela Ana Karenina, Tolstoi se pregunta si las ambiciones individuales son compatibles con tener hijos, con formar una familia. Imagina a esas personas solitarias que ven el mundo como una aventura llena de fascinación y las cambia de ambiente, las coloca en medio de la familia, con hijos y responsabilidades. Y se sienta a mirar qué les ocurre, en qué momento la aventura se convierte en planificación, la fascinación en fastidio, y el mundo, hasta ayer un misterio digno de explorar, en una amenaza”.

Y luego añade: “Robé algunas situaciones de Ana Karenina con su marido, el funcionario, y busqué imaginar esas emociones, esas contradicciones, en la actualidad. Busqué sobre todo ese instante donde aparecen los hijos, la noción de familia. Las diferencias de ese instante entre los hombres y las mujeres. Un instante donde nos despedimos de una forma de imaginar la vida. En que la fantasía infinita, individual, deja paso a otra totalmente diferente. Un umbral entre dos mundos, como esas cosas que se celebran en la noche de brujas”.

Las entradas se pueden adquirir a través de plateanet.com o por la boletería del teatro.