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Ciencia

Neurocientíficos entrenan una AI para que pueda leer la mente

¿Cuán cerca estamos de que esto se convierta en una realidad?

Neurocientíficos entrenan una AI para que pueda leer la mente

Ya lo vimos en Minority Report, en Strange Days y en capítulos de Black Mirror, Altered Carbon o The X-Files; personas o máquinas que tienen la capacidad de leer mentes. Y parece que con herramientas como la resonancia magnética funcional (fMRI), la electroencefalografía y la magnetoencefalografía, que pueden medir y analizar la actividad cerebral, esa posibilidad parece cada vez menos remota, incluso sin la necesidad de una cirugía que implante algo en el cerebro. En esta línea, investigadores de la Universidad de Texas en Austin desarrollaron un decodificador de voz que, si bien no es capaz de leer mentes, establece una vía de comunicación entre el cerebro y una computadora.

Publicado en la revista Nature Neuroscience, el artículo señala que esta tecnología es capaz de, potencialmente, convertir pensamientos en palabras. Para ello analiza la actividad cerebral recopilada mediante una fMRI; pero al momento solo puede obtener una idea general de lo que alguien está pensando, y no las palabras exactas. Asimismo, es impulsada por el mismo tipo de inteligencia artificial detrás de ChatGPT y es una de los primeras que no requiere un implante en el cerebro. 

Para lograr que reconozca los pensamientos de una persona, la fMRI funciona detectando la diferencia en el nivel de oxígeno en la sangre que fluye a diferentes partes del cerebro (cuanto más activas son sus neuronas, más oxígeno consumen). Fueron necesarios, también, entrenar a la inteligencia artificial con datos de fMRIs y voluntarios que escuchaban audios o veían videos mientras les realizaban el estudio.

Por otro lado, hay algunas cuestiones éticas relacionadas con la posibilidad de que esta tecnología, por ahora apenas en su infancia, cobre impulso. Entre otras, se destacan el derecho de las personas a la privacidad y la libertad de pensamiento; el derecho a estar protegidos de un uso malintencionado; y los efectos secundarios que podría tener en la salud física o mental de las personas. Si algún día se vuelve posible, "es muy importante regular qué datos cerebrales se pueden y no se pueden utilizar", sostienen los investigadores. 

Finalmente, agregan que este tipo de procesamiento del habla no es universal. Según descubrieron, un decodificador entrenado con los datos de un sujeto no podía aplicarse a otro. "Aunque lo que están haciendo nuestros cerebros es bastante similar, los detalles finos, que es a lo que estos modelos realmente están llegando en la corteza, parecen ser muy importantes", concluyen.