Muchas veces nos cruzamos con un decantador sin saber realmente de qué se trata. Es ese botellón de vidrio que en la casa de una tía puede estar actuando como un florero. ¿Pero para qué sirve ese pintoresco y llamativo adminículo?
En primer lugar, el decantador sirve para que se precipiten los sedimentos que se encuentran en una botella de vino que tienen una larga maduración. Se vuelca el contenido en él, dejando que los sedimentos bajen para después servir directamente y evitar que los mismos se trasladen a la copa molestándote en boca al tomarlo.
¿Y cómo pasamos el vino al decantador? Si contamos con una botella que tenemos guardada hace varios años, es bueno que un buen tiempo antes de descorcharla y pasarla al botellón, pongamos de pie ese vino que reposó acostado por mucho tiempo. Hay que dejar que los sedimentos bajen, recostar el decantador y permitir que el vino se deslice delicadamente por las paredes para que no sufra ningún tipo de estrés.
Trasvasar para oxigenar
Nuestro nuevo adminículo no solo sirve para liberar al vino de los sedimentos, también cumple la función de oxigenarlo. Tanto en vinos añejos como los corpulentos y estructurados, al pasarlos a un envase más grande, el líquido tendrá mucho más contacto con el oxígeno. Pensemos que el vino estuvo encerrado durante mucho tiempo en una botella, y de golpe se encuentra con mucho espacio. Es como si el equipo de la generación dorada hiciera un viaje en un escarabajo desde Buenos Aires a Mar del Plata, apenas bajen tendrán la necesidad de estirarse y desperezarse. Lo mismo pasa con el vino.
El motivo por el cual lo oxigenamos es para despertar esas moléculas aromáticas que estuvieron apretadas en la botella, haciendo que te llenen la nariz de distintos descriptores. A esto nos referimos cuando decimos que el vino se abre.
Hoy en el mercado se encuentran distintos “oxigenadores” o “aireadores” que aceleran el proceso del decantador. Estos se colocan sobre la copa y se vierte el vino directamente, haciendo que se abra de inmediato en tu copa.
Consejo: uno de los problemas con los que te podés encontrar al poner tu vino por más de una hora en un decantador es el de la temperatura, si es verano este puede superar los 16 o 18 grados recomendados. Para que esto no pase, el consejo es que coloques el botellón en una bandeja con agua y unos hielitos alrededor para lograr la temperatura deseada.