Ignacio Huang pasó por el living de Filo News y nos brindó una entrevista exclusiva a través de Facebook Live.
El actor de origen taiwanés, reconocido por su inolvidable papel de Jun en la película Un cuento chino, protagonizada por Ricardo Darín, se vio involucrado en un confuso episodio la semana pasada, en el que un comerciante del Barrio chino porteño se hizo pasar por él cuando lo detuvo la policía por vender perfumes truchos en su negocio.
Ignacio no tardó en actuar: acudió a una fiscalía para que se hiciera cargo del caso y publicó su verdad a través de las redes sociales.
“Fue algo muy loco, porque yo volví a Taiwán (me fui por 5 meses), regresé a la Argentina el jueves 20 de julio, Día del Amigo, y me encontré con todo esto. Me junté a cenar con mis amigos por Palermo el viernes y, en medio de los festejos, me llamó mi hermana diciéndome ´estás por todas partes, dicen que estás preso, que tenés un local que vende perfumes truchos’, y yo pensaba ‘esto es un universo paralelo, ¿qué pasó?’”, cuenta Ignacio.
Cuando se busca a sí mismo en Internet, descubre que en todas las páginas figuraba su nombre junto a esa situación ficticia que nada tenía que ver con su realidad. “Pensé: tengo que hacer algo, es muy rápido todo. Así que me acerqué a la fiscalía, que se hizo cargo de este accidente y quiero agradecerles especialmente a ellos, que se compadecieron de mí”, comenta el actor.
Ignacio explica que, efectivamente, el viernes 21 de julio se allanó un local en el Barrio Chino de la Capital Federal que comercializaba perfumes y productos ilegales o “truchos” y que por este hecho se detuvieron a tres personas, de las cuales un hombre que, como señala el actor entre risas, “tiene 10 kilos más" que él, afirmó ser “el protagonista de “Un cuento chino” para ver si podía “zafar” del problema.
“Obviamente para la fiscal eso no fue una excusa válida para no detener a alguien que estaba cometiendo un delito”, sostiene.
“Quiero agradecer a Filo News por ser el primer sitio que añadió mi aclaración sobre el tema publicada en las redes y por darme la oportunidad de explicar todo a la gente a través de este medio, para esclarecer la situación”, destaca Ignacio en entrevista con este portal.
En relación a sus inicios y a la necesidad de adaptarse a una nueva cultura, muy diferente de su original, Ignacio indica: “Me pasó lo mismo que al personaje de Un cuento chino: yo vine de chiquito, a los 12 años, y no podía hablar el idioma ni entendía nada.
Pero, al ser más joven tuve la posibilidad de prepararme, no fue como lo de Jun, que lo tiraron de un taxi, lo robaron, lo dejaron en la calle y el pobre Darín lo recogió”.
“Tuve que empezar de cero: contar del 1 al 10, estar en clase e interrumpir para decir ‘no comprendo, entre otras cosas’”, recuerda el artista.
“En realidad, yo no quería ser actor. Jamás me lo imaginé. Antes de esta carrera, comencé a estudiar Diseño Gráfico y me recibí. Cuando empecé a trabajar en eso, me llegaban catálogos con fotos de personas orientales y pensé ‘yo podría estar ahí’, a lo que un amigo me dijo ‘vos tenés que aprender teatro’. Así fue que me metí en el taller de Norman Briski, después fui a un curso de Cristina Banegas y, finalmente, ingresé a la Universidad Nacional de Arte (UNA)”, desarrolla Ignacio.
En cuanto a sus primeros pasos en el ámbito de la actuación, cuenta que pasó “10 años ‘oscuros’ de teatro independiente, under, en obras donde actuaba para "tres personas", hasta que apareció Un cuento chino. "Yo creo que lo más insólito que hice fue trabajar para José María Muscari disfrazado, bailando en las barras vestido de cowboy, de médico, de lo que sea”, asegura.
“Cuando surgió Un cuento chino, yo ya tenía experiencia en teatro y además hay pocos orientales en el país que apuestan por la actuación. En el momento fui odiado por mi familia por querer meterme en el ambiente artístico, ellos querían que estudiara otra carrera como medicina, abogacía, etc.”, admite Ignacio.
“En el momento en que conseguí el papel en Un cuento chino, la vida fue otra para mí. Fue un antes y un después. Lo más difícil que tuve que hacer fue convertirme en un personaje público: yo creo que nadie está preparado para esto, salvo que seas hijo de alguien famoso, como el Chino Darín o Sofía Gala”, comenta, entre risas, el actor.
Pero, ¿cómo es trabajar con Darín? es la pregunta que muchos le hacen. “Otros me piden que le mande un saludo a Darín y yo les digo ‘yo no vivo con él’ (se ríe). Con Ricardo tenemos muy linda relación, seguimos hablando mucho por Facebook, incluso me contactó por este incidente para brindarme su apoyo, así que le mando un saludo grande a ‘Richard’”, añade.
“En realidad yo le digo ‘eroto’ y él también a mí, los que vieron la película entenderán por qué”, se explica, risueño.
Detrás de escena, en las películas siempre hay alguna anécdota para contar y Un cuento chino no es la excepción. Para Ignacio, es una en la que Darín le enseñó una gran lección. “¿Se acuerdan la escena en la que le rompo el placard? Bueno, esa era una escena de violencia, él me tenía que sacar a la calle empujándome y después meterme en un taxi.
Así que Richard me dijo ‘yo te voy a sostener el brazo muy suavemente y vos vas a hacer todo el resto’. El apenas me rozó. Fue una buena experiencia para aprender que uno puede hacer una escena de violencia sin siquiera forcejear”, destaca el actor.
Ignacio tiene preparados grandes proyectos para el próximo año, por lo que esperamos tener noticias suyas gracias a su trabajo artístico.