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Espectaculos #Gastón cocchiale

Gastón Cocchiarale presenta 5 relatos de cuarentena: "una resistencia cultural"

El actor, director y fundador de una escuela de teatro llega al streaming con "Pequeños Relatos de Cuarentena", obra que explora los vínculos mediados por la tecnología, alejados de afectos. Un grito de expresión del arte y un refugio de contención.

Gastón Cocchiarale presenta 5 relatos de cuarentena: "una resistencia cultural"
Gastón Cocchiarale estrena "Pequeños Relatos de Cuarentena" (Foto: Gentileza del actor)

Marzo marchaba de maravilla. Gastón Cocchiarale presentaba "Esto es tan sólo la mitad de todo aquello que me contaste" en el Método Kairós y planeaba su arribo al Teatro Picadero con "Jauría", además de su llegada al cine con otros estrenos. Sin embargo, 20 de marzo: restricción y el comienzo de la cuarentena obligatoria en Argentina y con ello la bajada de telón más grande para los espectáculos.

Quizá la vida sea un poco eso, sacudones. Pero este sacudón, que una vez más profundizó desigualdades de clase, puso al arte en uno de los centros de la escena: el arte que soporta, resiste y acompaña. Tal vez con forma de música en los auriculares de una médica que regresa a su casa en transporte público, tal vez como una novela, o una ficción que entretiene antes de irse a dormir.

"Carlos Rottemberg utilizó una frase que me parece ideal de aplicar: 'Nosotros fuimos los primeros en cerrar y seremos los últimos en abrir'"— contaba Gastón Cocchiarale a Filo.News al analizar el impacto de la pandemia en la industria de entretenimiento argentino— "Eso habla del golpe que va a sufrir la actividad. Este virus impide el acercamiento social, por lo que habrá que ver cómo volver a hacer funcionar la maquinaria de hacer obras y de películas, cumpliendo con esas normas sanitarias. Es una hecatombe tremenda pero no quiero victimizarme porque así como nos pasa a nosotros sucede en casi todos los rubros, como los salones de fiestas, los recitales, estadios y clubes de fútbol, aquellos reunen una aglomeración de gente; y justamente lo que se está pidiendo es que eso no ocurra. Estamos frente a un panorama bastante preocupante".

"Pequeños relatos de Cuarentena", dirigida por Gastón Cocchiarale | Foto: Gentileza de prensa

"Hay muchísimos relatos para contar. A todos nos paró la vida de manera tan particular que es inevitable que no se generen", añadía, mientras aún bocetaba lo que ahora llega como su nuevo espectáculo teatral: "Pequeños relatos de cuarentena".

La propuesta. Cinco relatos de alrededor de diez minutos cada uno. Historias del todos los días, bueno, en realidad no, historias de esta "nueva normalidad" que venimos atravesando, alejados de amigos y cariños, y mediados por la tecnología.

Luces, cámara... ¿streaming?

Los relatos, escritos y dirigidos por Cocchiarale en conjunto con Julieta de Moura es una propuesta para salir de la cuarentena pero al mismo tiempo, estar dentro de ella, y explorar cómo fluyen e interactúan los vínculos. Y he aquí el génesis de la obra en cuestión.

A mediados de marzo el actor, reconocido por llegar al cine en la piel de Maguila Puccio (en "El Clan", de Pablo Trapero, 2015) y por interpretar a David Lowenstein en la ficción "Argentina: tierra de amor y venganza" (Pol-ka, aún vigente en la pantalla chica) escribía sus primeras ideas con la complejidad de crear mientras se haya en confinamiento.

"Y hace quince días me desperté con la idea: quiero hacer un espectáculo virtual con mis alumnos. No sé cómo me va a ir ni qué va a pasar con eso pero lo quiero hacer y a partir de ahí empezamos a trabajar", expresa.

Julieta De Moura, Gastón Cocchiarale y Victoria Municoy craneando | Foto: Instagram @gastoncocchiarale

El joven actor fundó la escuela de teatro Creer es Crear, que ahora continúa dando clases pero en formato digital, lo que fue otro de sus desafíos en este contexto. Así fue que sus estudiantes pusieron en marcha la maquinaria: colocaron luces, ambientalizaron escenas, y todo sin salir de casa.

"Me parecía un buen proyecto para mi escuela de teatro, un ejercicio en el que ellos puedan verse identificados, y que tenga que ver con la situación actual para reírnos o hacer un poco de catarsis con eso. Estamos muy felices, encontrarnos con este proyecto: como un oasis en medio del desierto", expresa.

Tamara Liberati, Victoria Municoy, Sebastián Bauza, Bianca Vicari, Tomás Pinto Kramer, Julieta de Moura (también asistente en Creer es Crear), Matías Leites, Antonela Scattolini Rossi, Ulises Barzi y Malena López dan vida a personajes interesantes, cargados de matices y que invitan a reflexionar sobre situaciones que hoy nos confrontan y atraviesan.

 

"Vendimos más de 400 entradas no lo podemos creer", asegura Gastón, visiblemente emocionado en lo que significó su estreno el pasado fin de semana. Este viernes 31 de julio a las 21 horas se podrá acceder nuevamente a "Pequeños Relatos de Cuarentena", obra que llega a través del streaming y que permite verla en el horario que el espectador desee hasta la fecha disponible. Entradas disponibles y a la gorra a través de Alternativa teatral.

  • La última vez que charlamos, fue para analizar el profundo momento que traviesa la industria del espectáculo. Y ahora estás estrenando "Pequeños relatos de cuarentena", nada menos que tu propia obra ¿cómo vivís eso?

Es cierto. Hablamos de la industria y de lo difícil que estaba, sigue profundizándose esa crisis lamentablemente. "Pequeños relatos de cuarentena" surgió como una resistencia cultural al contexto tan espantoso que nos rodea dentro de la industria que recibió uno de los golpes más fuertes de su historia. Este virus atacó desde la aglomeración de personas y nosotros vivimos de eso. Es muy compleja la ecuación que estamos viviendo.

La obra surge también de la necesidad de hacer, de seguir ejerciendo el oficio, decir: "si no están los teatros abiertos yo voy a seguir actuando, produciendo, dirigiendo, escribiendo". Estoy muy feliz. La escribí junto a Julieta de Moura, asistente de mi escuela de teatro Creer es Crear que produce esta espectáculo virtual en conjunto con la compañía de teatro con quien estábamos haciendo "Esto es tan sólo la mitad de todo aquello que me contaste" en el Método Kairós, que luego de cinco o seis funciones tuvimos que dejar de hacerla por la pandemia.

  • Estamos ante una instancia de paradojas: por un lado, la industria vive uno de sus momentos más delicados, por otro, estamos constantemente recurriendo al arte para acompañar la cuarentena; por un lado la imposibilidad de trabajar y por otro, aprovechar el encierro como un momento para crear ¿cómo vivís esas contradicciones? ¿cuándo hiciste el click para crear esta obra?

Estamos frente a una paradoja increíble. Creo que la ficción, la lectura, la música, el streaming, han ocupado un rol fundamental para mucha gente de quienes se han podido sostener económicamente durante esta pandemia.

Me parece importante que reveamos el concepto de "esencial'". Yo no sé hasta qué punto un programa de televisión con panelistas -sin menospreciar ese trabajo- es más o menos importante que la ficción.

Gastón Cocchiarale en diálogo con Filo.News

Por otro lado, fue muy difícil crear en estas circunstancias porque al menos mi forma de producir algo se conecta con la vida: a raíz de una situación que veo en un bar, detecto en un cumpleaños, o en la calle. Y todo eso no estuvo porque la vida pasó a resumirse estando en la casa de uno. Lo interesante de "Pequeños relatos de cuarentena" fue crear a partir de lo que nos está atravesando en esta nueva normalidad donde las comunicaciones y los vínculos se dan desde lo virtual. 

  • Un poco esas contradicciones se ven en uno de los relatos de la obra, este balance que nos lleva a pensar qué es más indispensable o esencial, ¿visitarnos para acompañarnos, o no exponernos para salvarnos? ¿te debatís estas cuestiones?

Sí, claro que me pasan esos debates. El relato que mencionás, que es el de las primas, surge a raíz de algo que me contaron que me pareció increíble porque era tan dolorosa la sensación: no voy a visitar a la persona para no exponerla al virus, pero también no visitarla le puede generar una angustia.

Esa escena me gusta mucho porque es muy contradictoria. Por un lado, una de las primas se enoja y se ofende porque la otra fue a visitar a la abuela y tiene razón, porque están poniendo en riesgo su vida; pero el argumento de la otra es: "para mí sacarle una sonrisa a mi abuela es esencial", y también la entendés.

Creo que nos estamos enfrentando todos como humanidad a esta clase de situaciones. Todo el tiempo nos preguntamos cómo equilibrar esta situación que nos sacudió a todos por completo porque se metió con nuestros rituales más sagrados como el beso, el encuentro, el abrazo. 

  • ¿Fue un desafío pensar en una obra que esté mediada completamente por la videollamada? 

Pasó algo curioso porque yo quería montar un espectáculo virtual que tenga un formato teatral y surgió este que en realidad corresponde más a un formato cinematográfico. Entonces tuvimos que ver cómo generar una mezcla homogénea entre esos dos lenguajes. Fue un enorme desafío de mucho aprendizaje.

Por eso siempre trato de rodearme de colaboradores que tengan más experiencia que yo, y en este caso se sumó el director audiovisual Nicolás Dominikow, un gran amigo mío que vino a ocuparse de ese rol que yo desconozco que es el montaje, edición, iluminación frente a una cámara que realizó con cada actor con lo que tenían en sus casas desde una videollamada por Zoom. También se sumó Sebastián Bauza para que la obra tuviese música original. 

  • Sin spoilear, creo que hay uno de los momentos de la obra que es importantísimo, también por la relevancia de hablar de estos temas en la pantalla. Entendiendo que son muy representativos ¿en qué te basaste para elegir los temas de cada relato? 

Lo que tiene de interesante cada relato es que monta un mundo propio con personajes y vínculos distintos lo que le aporta un gran dinamismo al espectáculo virtual. Cada escena dura 10/12 minutos y lo que quería lograr era justamente generar un dinamismo frente a la quietud que puede tener una llamada por zoom: en la que sólo hay dos personas frente a una cámara.

Gastón Cocchiarale | Foto: Instagram @gastoncocchiarale

Y creamos estos relatos fácilmente identificables en un contexto tan atípico e inusual en el que la humanidad se vio de lleno con los conflictos que nos siguen atravesando. 

  • ¿Cómo es el proceso de Gastón para escribir, después dirigirlo y plasmarlo en la imagen?

Mi proceso tiene una norma: ir para adelante con miedo y sin miedo. Siempre trato de confiar en lo que siento y cuando noto que un material tiene ese algo me gusta tomar la decisión de hacerlo sin preguntármelo tanto. No tengo mucho filtro a la hora de tomar decisiones, me puede ir bien o mal pero trato de no quedarme en la quietud y la duda.

Estamos ante una situación en la que todavía no somos concientes de lo que vivimos: desde lo social, económico y psicológico. Y en medio de todo eso encontrar este oasis de crear me salvó. Siempre el arte me ha salvado la vida y me dedico a eso porque es en el único espacio en el que me encuentro en plenitud; lo mismo me pasa al dirigir y producir.

  • Una de las maravillosas características del arte es que nos deja un material que permanece en el tiempo y acompaña, "no importa cuando leas/veas/escuches esto", dirían en redes ¿qué mensaje -además de ya haber dejado algo con esta obra- te gustaría, justamente, aportar?

Si me gustaría dejar un mensaje creo que tiene que ver con el hacer. Me siento orgulloso de mi equipo, y de haber podido lograr un proyecto en medio de la situación que estamos viviendo: la voy a recordar con mucho cariño durante toda mi vida.

Pepe Soriano, Luis Brandoni, Agustín Alesso, Lito Cruz han hecho teatro abierto en la última dictadura, un movimiento de resistencia cultural frente a aquellos artistas que eran prohibidos con el riesgo de que los mataran. Eso me pasó: si esa gente legendaria hizo semejante manifiesto con un peligro mucho mayor al mío yo no puedo comerme los mocos.

Esta obra surgió de eso: que los artistas nos adaptamos a lo que venga. No podemos actuar en los teatros, que sea en las pantallas; no se puede en las pantallas, que sea en una plaza y si no es en una plaza que sea en los balcones. No podemos escapar a nuestra pasión y vamos a ir para adelante.

"Pequeños relatos de cuarentena", una obra realizada y estrenada en cuarentena, que explora en la intimidad del ser atravesado por la pandemia. Una carta de resistencia en tiempos donde el arte es refugio y resistencia. Disponible a las 21 horas desde Alternativa Teatral.

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