¿Qué buscan los consumidores en este local que abrió sus puertas hace casi un mes, en plena pandemia de coronavirus? ¿Satisfacer la curiosidad, precio, calidad o sentirse responsable con el medio ambiente?.
Dicen que el primer pedazo de plástico que se fabricó en la historia, todavía permanece en la Tierra. Pensalo así, el primer cepillo de dientes -ese con dibujitos que usaste cuando eras niñe- está en nuestro suelo. ¿Impactante no?. Parece una obviedad, pero el plástico no desaparece mágicamente.
El plástico es un material maravilloso. Sí. Es versátil, de peso ligero, y ha traído mejoras en la calidad de vida de las personas, eso es innegable. Su valor en campos como en la medicina, el transporte o la tecnología son incuestionables...pero es importante repensar nuestra relación con el plástico. Nos hemos convertido en "adictos" y llegamos a un punto donde lo usamos sin darle valor alguno. Usamos frases como "es de plástico" cual sinónimo de mala calidad, de algo barato y desechable. Usamos y tiramos.
Termina su ciclo de vida, lo arrojamos a una bolsa, sacamos la basura de casa y nos olvidamos de que alguna vez existió. Pues te recuerdo todo el plástico que se ha fabricado en la historia todavía sigue con nosotros en algún lugar del planeta.
Ningún ser vivo consume plástico transformándolo en elementos químicos naturales para reintegrarlos al ciclo natural de carbono que ha sustentado la vida durante millones de años. El plástico simplemente se descompone en partículas más pequeñas sin cambiar su composición química. Pueden llegar a ser imperceptibles al ojo humano, pero eso no significa que desaparezcan.
El plástico se ha dispersado por todo el planeta. Ha llegado a sitios tan remotos como la Antártida. Y estudios recientes han encontrado microplásticos -menores de 5mm-en el agua potable, en el agua embotellada, en la sal y hasta en el aire.
La basura llegó tan lejos que reciclar tiene que ser nuestra última opción. Es verdad que todo lo que se pueda reciclar se debe reciclar pero esto ya no es suficiente, es necesario reducir la producción de residuos como primera instancia.
Seguramente estarás pensando: “Es muy difícil evitar el plástico en este país”, y sí, es difícil evitarlo en esta sociedad, pero no imposible. En este contexto es que Ana y Juan José abrieron “Cero Market” primer supermercado sin envases en Argentina. "Esto surge desde mi búsqueda personal de ser una consumidora responsable. Tengo un norte que es el de producir la menor cantidad de residuos posibles, de todo tipo y desde ese lugar es que surge la idea" contó la mentora de Cero Market en diálogo con Filo.News.
"Yo tenía esta necesidad de ir a un lugar y que no me obliguen a consumir envases o a llevarme ciertas cantidades mínimas. Empecé a buscar lugares donde comprar así y no encontré entonces dije ‘hagámoslo nosotros’", dijo Ana sobre su conversación con su socio.
"Me puse a investigar porque sabía que tenían que existir en algún lugar del mundo y los primeros con lo que di fueron Alemania, Suecia, Noruega; no hablo ni alemán, ni sueco, ni noruego, así que seguí buscando y vi que también había en Australia, Nueva Zelanda, Francia, Inglaterra, Italia. Entonces viajé a Europa para conocerlos. Me interioricé en el tema, charlé con los que atienden en los locales, con los dueños, con los que producen los contenedores, con toda la cadena productiva y me dieron muchos tips para poder llevarlo adelante", explicó la mujer.
Barreras en Argentina
Cero Market abrió sus puertas el 27 de julio en el barrio porteño de Belgrano (Av. Monroe 2468) en plena pandemia y aislamiento social preventivo y obligatorio y después de un año y medio de trabajo previo. Y aunque el coronavirus no estaba en los planes ni en los papeles sus dueños no le echan la culpa a la cuarentena ya que si el 2020 hubiera sido un año “normal” igual habrían tardado 9 meses en materializar el proyecto porque emprender no es fácil y en Argentina menos.
"Conceptualmente es muy sencillo pero su implementación es bastante compleja y queríamos hacerlo bien", detalló Ana y siguió: "Lo primero que vimos fue que los contenedores que necesitábamos en Argentina no existen. Solamente existían los importados y nosotros queríamos hacer algo 100% nacional así que contactamos diseñadores, artesanos, matriceros, porque hay cosas que son de acrílico, otras de acero…fue un largo recorrido de buscar materiales nobles y económicos para que fuera sustentable el proyecto".
“Después nos pasó que por cuestiones regulatorias en Argentina es muy complejo el fraccionado de productos de limpieza. No se puede recargar el envase que traen las personas, no lo permite la regulación argentina. En limpieza el envase tiene que decir exactamente lo que uno está llevando incluso la cantidad. Lo que hicimos entonces fue encontrar una empresa nacional que se llama 'La Quemisterie' que tiene ya desarrollada una estación de recarga de productos de limpieza. Hablamos con ellas -son tres mujeres- y le preguntamos si podíamos poner una estación de recarga en nuestro local”, señaló Ana. Entonces en este caso comprás por única vez el envase que ellos te proporcionan ahí y después recargás ese mismo que traes de tu casa.
En esta parte ella aclara: "Nuestro negocio no es vender envases nosotros queremos que todo se reutilice". Tupper, bolsa, botella, canasta, podés llevar cualquier cosa que creas conveniente para comprar a granel y no seguir produciendo residuos o darle una segunda oportunidad a los viejos. Se pesa el envase vacío, se carga y se vuelve a pesar descontando el número inicial y que de esta forma pagues solo el alimento.
"Y el tercer punto que tuvimos que resolver fue el tema de los proveedores. Nos costó mucho conseguir proveedores que por un lado aceptaran que nosotros vendiéramos bajo esa justa modalidad y que a la vez ellos aceptaran vendernos así a nosotros. Nos pasaba que había muchos que nos decían 'bueno dale yo te vendo los fideos, te mando paquetes de 500 gr -los mismo que se consiguen en el supermercado- vos los abrís y los expones, total el precio te va a quedar bien'. Y la verdad que esa no es la idea. No es que queremos que ellos nos descuenten el costo del envase es que queremos que ellos no produzcan el envase. Entonces fue trabajoso. Hubo cosas que costó conseguir más que otras y por eso nos demoramos en abrir", reflexionó.
“A los que les compramos, les compramos bajo la condición que nos vendan a nosotros en el formato granel. Nos pasó con uno –que no lo vamos a nombrar- que nos dijo ‘sí, sí, sí’ y después nos mandó los paquetes de 1kg. Se lo devolvimos. Nuestro compromiso es hacia el consumidor y el planeta. También entendemos que hay muchos productores que están adaptándose a esta demanda que viene del mercado. Es algo que le estamos pidiendo los comerciantes a los productores porque lo piden los consumidores”, contó Ana a Filo.News.
Por el momento Cero Market no vende productos frescos -que requieran refrigeración- pero sí alimentos secos, productos de higiene y cosmética, productos de limpieza sustentables, aceites y hasta alimento balanceado para mascotas. Y si bien exponen en las góndolas toda la información nutricional de lo que venden (con lote y fecha de vencimiento) no exponen la marca. "Lo que buscamos es vender alimentos y productos de higiene, no marcas. Como vendemos sin unidades mínimas la idea es que la gente los pruebe y si le gusta que compre más y no que se sugestionen por la marca, ni a favor ni en contra. Son productos buenos que los probamos nosotros a todos".
¿Lo más vendido del lugar? “La gente busca mucho los productos que ya están acostumbrados a consumir a granel como los frutos secos y demás pero también la pasta de dientes -que se vende a lo loco-, detergente, galletitas, pastas y golosinas”, detalló.
¿Es más caro que un supermercado? "Pueden venir a ver los precios", dice Ana y explica: "Hay cosas que nosotros conseguimos más barato por comprar a granel y hay otras que no es tan frecuente comprarlas a granel y nosotros no tenemos el poder de compra que tiene una cadena grande de supermercado entonces nuestra postura es aquello que nosotros no podemos conseguir costos competitivos los subsidiamos nosotros. La harina 0000 tiene que estar al mismo precio que en un supermercado salvo que sea una harina distinta –como la agroecológica u orgánica- con la diferencia que nosotros vendemos sin cantidades mínimas".
¿Cómo sabemos que es seguro? "Hay una parte que no deja de ser un mínimo acto de fe. Nosotros estamos cumpliendo con todas las regulaciones a las cuales somos obligados y un poquito más. Los trasvasados lo hacemos con cofia, con barbijo, con guantes. Acá nadie toca el alimento que uno lleva porque es servido con cucharas y el envase es el tuyo... que lo tocaste vos", finalizó.
Seamos más las personas que elegimos el consumo responsable como prioridad. ¡Larga vida a las tiendas a granel!.