María Vázquez, testimonio valiente dedicado en un cuaderno a su hijo: "Todo lo que está en la película pasó, son sus ideas y la reflejan completamente"
A seis años de uno de los casos que conmovió tanto al periodismo argentino así como millones de personas, algunas miradas y la palabra de Carlos Sorín, director del film que adaptó la lucha de la arquitecta, su coraje y lo que a pesar de partir, nunca se extingue.
"La salud es muy puta y por lo menos me regaló 7 meses de momentos hermosos", escribió María Vázquez un 1 de abril de 2015. Arquitecta de profesión, tuitera por convicción, la describen también como dibujante y runner pero seguramente haya cosas que las noticias no publicaron ni soy quien las tenga que poner en palabras, cosas que se sienten.
Eso sí puedo contar. La vez que tuve por primera vez El cuaderno de Nippur entre las manos, sentí que sostenía algo especial, que estaba por leer algo importante y hecho de una forma tan especial pero a la vez con la simpleza de lo cotidiano. Y quizá esos sean instantes de amor.
En septiembre de 2014, María -Marie para sus afectos- fue operada de un cáncer de ovario en "estado avanzado" para luego realizar el tratamiento de quimioterapia. ¿Cómo se afronta el dianóstico siendo conciente de que la muerte se acerca? Con ironía, mucha; pero más bien con humor. "Y en esa hora fatal de cara a su cruel destino, recién abierta y vaciada por dentro, ¿qué respondió? 'Ahora sí que soy hueca'. Era la clase de mina que en una situación así te hacía un chiste", contaría años después Sebastian Corona, quien fue su pareja, en el marco de una charla TEDxCórdoba que brindó en su memoria.
Los tuis (@kireinatatemono, cuenta que continúa abierta y reúne miles de seguidores) y blogs (Revista Cotorra) de Marie, su historia, llegaron a los medios, y con ella su humor singular, valiente, sin eufemismos. "Marie no dejó chiste macabro sin hacer", asegura Sebastián, mientras la describió ante una sala llena -pre pandemia, por supuesto- como "impía, con "cero revictimización" y "a puro humor negro". "Cuando llegaba el chiste no era para distender. El humor era su manera de reafirmarse, de decir 'Acá estoy eh. Sigo siendo la turra que siempre se cagó de risa de todo hasta de mí misma, sigo siendo yo'. Y en la risa estábamos juntos otra vez", expresó.
¿Qué fuerte es leer comentarios así, no? Y esta nota arranca con algunos de los más livianos. Descoloca leer algo así. Poco se nos prepara. Sabemos que la muerte está pero la preferimos observar a lo lejos, y si le llega a alguno o alguna de los nuestros, aceptar lo inexplicable es cachetada y bronca. Porque vivimos creyendo que "no hay palabras" para describir ciertas cuestiones, pero si algo demostró esta mujer es que expresar todo cual catarata verborrágica o a modo de carta de amor no sólo es hacerse cargo, y transitar con sabiduría sino aprovechar los minutos del tiempo que tenemos, entendiendo, si es que se puede, lo que se está atravesando. Bueno, no todes encontramos las mismas herramientas.
"La risa te hace acordar que no sos tan importante, que tu tragedia no es la única ni la peor y que nunca deja de ser comedia", Sebastián Corona.
Y cuando los dolores se incrementaron, y en su mente se debatía la idea de elegir cuándo partir físicamente de este mundo, eligió un cuaderno del almacén de una amiga para escribirle su historia a su hijo Nippur, que tuvo con Sebastián, quien tenía tres años cuando se despidió. "El libro que mamá escribió para Nippur chiquito", dedicará en su primera hoja; que luego sus amigas llevarían a editoriales, publicaría Planeta y se convertiría en best seller. A puro colage, a modo de diario personal y como diálogo íntimo -porque en cada frase, quienes la conocieron seguro escuchan su voz- Marie dejó su último sueño. No, no exagero. Si bien como te cuento arriba lo sentí como algo especial, Sebastián se encarga de explicarte en su especie de epílogo: "Esto que tenés en tus manos es un sueño".
"Tenerlo en la mano ya te parte porque sabés lo que es pero adentro es lo más gracioso, divertido, amoroso y lleno de vida; una cosa tan linda, tan grosa", dirá su viudo en la charla, lo que aplica tal cual. El cuaderno lo dice clarito: "Esta no es una guerra, acá es todo amor".
La charla TED está a la altura de los tuis. Maneja el mismo sin filtro, homenaje a Marie. Cuenta que vio venir la muerte, que "se cagó en las patas como cualquiera pero le salió exprimir lo que le quedaba, al máximo siendo ella misma", mientras que reflexiona: "¿Por qué algo en el fondo tan simple termina generando tanto quilombo? Porque en su caso ser ella misma implicó cagarse en la solemnidad y romper el tabú. Y eso no se hace". Sí, lo que cuesta es hablar. Muchas veces algunas familias esperan para charlar con sus hijes, y así lo único que se pierde es tiempo. En cambio, El Cuaderno de Nippur son los consejos de mamá, sus deseos para que viva feliz, es esa charla pendiente pero que a la vez se conservará en el tiempo, contra los pronósticos del destino, para que nunca nadie pueda arrebatárselas.
Otra linda historia es la del nombre de Nippur, cuyo padre eligió; fanático del guerrero Nippur de Lagash, del ilustrador y escritor Robin Wood. Que la Justicia aceptase su nombre, fue otra batalla pero previa. "¿Vale la pena tanta lucha? ¿Por un nombre?"— reflexiona el artista en la contratapa del Cuaderno— "Sí. Pues si dejas de luchar por tus pequeños derechos, un día dejarás de hacerlo por los grandes".
"La risa te hace acordar que no sos tan importante, que tu tragedia no es la única ni la peor y que nunca deja de ser comedia (...). Nippur va a tener una mamá un poquito más legendaria", termina la charla, a sabiendas de que al fin y al cabo (como tuiteó Marie) "preferiría no enseñarles una verga y seguir viviendo pero gracias por todo el amor".
Vida hecha película: María sigue trascendiendo
En 2020, el director Carlos Sorín ("Joel") estrenó "El cuaderno de Tomy" en Netflix, producida por Pampa Films y con un elenco protagónico con una sentida interpretación de Valeria Bertuccelli, acompañada por Esteban Lamothe -entre sus mejores actuaciones-, Malena Pichot, Diego Gentile, Mónica Antonópulos, Paola Barrientos, Mauricio Dayub -con una buena interpretación y diálogos sublimes-, Ana Pauls, Beatriz Spelzini y Ana Katz. Y con el plus de la participación de Julián Sorín (nieto del director, hijo de la pareja de músicos Nicolás Sorín y Lula Bertoldi).
La película también es un homenaje a Marie, y recapitula las frases textuales y episodios reales (como su entrevista en el programa AM, o la Fiesta de los Muertos con la que elige despedirse) llevados a la ficción. No cae en la revictimización, ni esquiva generar reflexiones acerca de la eutanasia -o en decidir cuándo morir- y a la vez es una pieza muy tierna; además de que sea inevitable emocionarse. Quien la vea -y haya pasado por una experiencia como el cáncer- sabrá lo crudo de esconder una lágrima, despedirse; pero también el valor de honrar la vida (aunque suene romántico y cliché, en las situaciones adversas).
Convocado por los hermanos Paul y Agustín Bossi de Pampa Films, Sorín comenzó a escribir lo que Marie escribió primero, y con ello un camino de posteriores entrevistas con los afectos de la arquitecta. "Por un lado me apasionaba y por otro los riesgos eran enormes. Tenía bastante miedo pero se fue dando", me cuenta en una entrevista que concedió para Filo.News.
¿Cuáles fueron los desafíos de adaptar el caso real?
Los protagonistas salvo María todos viven. Esto es una ficción. En un documental uno puede ser fiel hasta donde se puede en ese formato, con lo cual hay que tomar algunas resoluciones que tienen que ver con la forma de narrarla que quizá no correspondan exactamente a la vida real, y tal vez eso pueda provocar en los verdaderos personajes un cierto escozor.
Tuve larguísimas entrevistas con ellos. Es un material increíble, apasionante. Traté de ser fiel a lo que tenía que serle fiel: a ella, a su espíritu y tipo de humor con el cual llegó hasta su último minuto.
Creo que ese es uno de los valores de la película, el reflejar su estilo. ¿Cuáles fueron los riesgos al decidir ir por ahí tras las charlas con sus familiares y amigas?
La mera palabra es un tema tabú. El riesgo es caer en el melodrama facilitado por golpes bajos. Tampoco hacer una película distante y fría, que no lo fue, sino demasiado intensa.Traté de que la emoción -que evidentemente funciona porque la gente llora- la ponga la gente. La película llega a un énfasis hasta por ahí nomás, el resto me lo da la gente. Y lo hace porque el cáncer no es una cosa extraña, tenemos conocidos, amigos, familiares que han pasado por ello. Y además el tema que nos incumbe a todos es la muerte.
Traté de rescatar algo que tenía María: un humor que parece imposible en esas circunstancias pero lo tenía. Ese contraste se vuelve tremendamente atractivo. Pero eso es de María, creo que María es la coautora detrás de este guion.
Hay quienes dicen que es con humor como aceptamos que nos cuenten ciertas historias. A su vez ese humor ácido es el que caracteriza muchísimos personajes de Valeria, y la herramienta de Marie. ¿Cómo trabajaste e incorporaste esos pasajes en el guion?
Fue más de un año largo de trabajo, con horas y horas de grabación y entrevistas a Sebastián, el grupo de sus amigas, que se llaman "Las Soldadas", y con el médico Lucio Criado, quien acompañó a María en sus últimas semanas.
Como fuentes fueron fundamentales sus blogs, Facebook, Twitter. Ella era muy tuitera y se hizo famosa por eso y tener ese tipo de humor durante su enfermedad. Con todos esos elementos, que eran una base de datos enorme y muy rico, fui armando el guion a ensayo y error. Y que siguió modificándose con los actores.
No todas las actrices tienen esa capacidad de sacrificio que tuvo Valeria de raparse y adelgazar 7/8 kilos, levantarse todas las mañanas a las 6 para ir al Hospital de la Matanza, y llegaba dos horas antes que nosotros. Lo que hace Vale es una maravilla, lo que hace Esteban, Malena, todos. En lo que se fundamenta la película es en la actuación: en las miradas que no se dicen pero se sugieren. Y ahí los actores fueron bárbaros.
¿Cuán permisivo fuiste en cuanto a esas modificaciones del elenco en el guion?
Cuando vos trabajás con actores de esta embergadura y tal grado de profesionalismo hay que estar abierto porque construyen. Yo puedo sugerir algo -tuvimos algunas charlas- pero la construcción del personaje la hace cada uno de ellos. Creo que el tema de la película hizo que todos -y hay mucha celebrity en papeles secundarios- se comprometieran con la historia, lo que es explicable porque nos llega a todos.
¿Cómo fueron las escenas con el pequeño protagonista, tu nieto Julián?
Es mi nieto, yo lo conozco y sé cuán desfachatado es. Desde que nació vivió encima de un escenario con los shows de los padres, con lo cual está acostumbrado a los ruidos, las cámaras, las voces fuertes. Pero me daba no se qué presentarlo a los productores de Netflix, entonces cambiamos el apellido y le pusimos Julián Bertoldi (en lugar de Sorín) y allá fue, y lo eligieron.
Generó muy buena relación desde antes del rodaje con Valeria como con Esteban. Cuando grabamos, la relación estaba fluida.
"Nunca te podré explicar cómo te amo y la bronca de haberme ido tan pronto. Pero morir, y muchas veces de modo ¿injusto? Bueno, hay muertes peores de vidas sin amor. Esta es una muerte triste y dulce" ¿En algún momento del proceso de creación de la película sentiste bronca o enojo, algo que nos puede identificar?
No, para nada. Sí, cuando leí esos textos por primera vez sentí el shock. Eso no fue escrito para ser publicado ni tener el éxito que tuvo, menos para ser una película.
"Nada dura para siempre, ni mamá pero voy a estar en tu corazón hasta que vos tampoco dures para siempre y estés en otros corazones y así nada nunca muere" ¿qué sentís al escuchar o leer esta frase de María? ¿qué es para vos morir?
Cuando leí eso se me vino a la cabeza "Coco" de Pixar, una película que a mí me gustó tanto. Por eso acordarse de los muertos en México tiene tanto significado. Incluso la película termina con eso "Y recordá... recordá a tu madre de vez en cuando". ¡Es Coco eso!
Ella hizo la fiesta de los Muertos poco antes de morirse. Son todas ideas de María, no mías. Todo lo que está en la película pasó, son todas ideas de María y la reflejan completamente
¿Y trascender?
Supongo que como María y Coco, que alguien nos recuerde.
María Vázquez falleció el 21 de abril de 2015, "en su ley, con una sonrisa y el puño apretado", a sus 43 años, una "muerte triste y dulce", como ella le escribió a su hijo Nippur: "Hay muertes peores, de vidas sin amor, sin alegrías, sin pasiones, sin nada, sin Sebas, ni Marie, ni Nippur. Pensá en eso, lo vas a entender, mi chiquito".