Doce años después, Luciana se pregunta una y otra vez porqué y cómo llegó a dónde está. Recuerda perfectamente los hechos. Pero cuando los pronuncia en voz alta, cuando ese alboroto de imágenes y secuencias salen de su cabeza ¿cómo la miran quienes la escuchan? ¿qué está diciendo realmente? Es ante la desesperación de la hora final -sí, un término muy eclesiástico- pero como si pudiera sentir que se avecina su hora/momento, juega su último acto de fe: confesarse.

Pero delante de ella no hay un cura, sino un periodista que buscar la verdad es en lo último que piensa una vez que escucha el relato completo. Pasaron doce años -nuevamente el elemento bíblico- y mientras la observa hablar piensa: ¿qué quedó de la linda Luciana? 

—¿Kloster está matando a tu familia?— le pregunta incrédulo, un tanto por el desconcierto o por el regreso de su propio pasado que lo empujó, también, pero por otros caminos, hacia ese hoy. Un pasado que quedó atrás pero ¿realmente lo había dejado lejos? Luciana, que le recordaba aquello que no sucedió, estaba ahora delante de él pidiéndole no, suplicándole que hiciera algo, porque el escritor más leído y respetado, toda una entidad suprema para él que no puede ni pudo vanagloriarse de pertenecer a ese montón, le había quitado lo que significaba el mundo para ella. 

—Sí, uno por uno desde hace más de diez años.

Esta es la escena central que presenta y comienza a soltar como un hilo, el conflicto de "La Ira de Dios". La película recién llegada a Netflix, que protagonizada por Diego Peretti ("El Reino"), Juan Minujín ("El Marginal") y Macarena Achaga ("Luis Miguel: la serie") -tres figuras destacadas en las producciones latinas para la plataforma- lleva a la pantalla la arrolladora y movilizante novela de Guillermo Martínez, La muerte lenta de Luciana B. (2007) .

Con la dirección de Sebastián Schindel ("El Patrón: radiografía de un crimen", "Crímenes de familia", su último estreno disponible en la plataforma), el cineasta vuelve adaptar una novela del premiado autor, luego de "El hijo", ahora centrada en el dolor, el castigo y la culpa; un relato en el que los crímenes son más bien una metáfora de los verdaderos temas a conversar, que bajo la lupa de debates metafísicos, religiosos y de la perspectiva de género construyen una trama perversa, ingeniosa, con la cualidad de dejarte con la mente en la historia, aún cuando ya la terminaste de leer, o de ver. 

Tal es así que cuando le ofrecieron la película, Macarena (Luciana Blanco, en la película) se sentó a conversar con el director y le planteó: —¿Cómo vamos a grabar esto?

"Fue muy interesante y muy intenso. Yo lo viví al 2.000% todo. Primero, porque tengo unos compañeros excepcionales, que ni siquiera había podido soñar con algo así. Además, es una historia que qué te digo, te saca el aliento. Al principio fue duro, desde el empezar a trabajar el personaje hasta durante el rodaje, después las experiencias se empiezan a vivir en carne propia. Siento que necesité bastante reposo durante la peli. Cuando terminaba de grabar y me iba a mi casa, entraba en la bañera, y me quedaba ahí horas porque estaba cargada emocionalmente. Fue muy bonito la verdad", cuenta Macarena en diálogo con Filo.News, justamente, al contar cómo fue la experiencia de grabar el thriller.

"Fue una experiencia bárbara"— aporta Diego Peretti, a quien por primera vez lo vemos compartir pantalla con Minujín— "Trabajar con Juan, con Macarena. A Juan yo lo conozco porque es un colega que lo veo seguido en películas y obras de teatro. A ella no la conocía, es un personaje dificilísimo y está a la altura, se lo dije. Muy bien interpretado".

Macarena nació en la ciudad de Mar del Plata, y desde chica viajó a Ciudad de México donde formó su trayectoria artística. Su debut actoral llegó en 2012 con la telenovela juvenil "Miss XV", pero desde antes (2011) comenzó a formar parte del grupo musical pop mexicano-argentino "Eme 15", junto a Paulina Goto, Natasha Dupeyrón, Eleazar Gómez, Yago Muñoz y Jack Duarte.

Desde adolescente realizó campañas con diversas agencias y marcas, y además se lució como presentadora de "Los 10+ pedidos", programa de MTV Latinoamérica (junto a Gabo Ramos), destacado entre los más vistos. 

En Latinoamérica, realizó varios proyectos que van desde el corto mexicano "El librito rojo" (2013), y hasta compartió set con Benjamín Rojas en la serie chilena "Sitiados" (2015). En 2016, presentó su primera coproducción peruana, "El regreso de Lucas" y el 2018 marcó otro hito en su profesión con "Amar a muerte", ficción celebrada en México por su representación a la comunidad LGBTQI+.

Yendo más adelante, otro nivel de popularidad y reconocimiento internacional le llegó de la mano con la segunda temporada de "Luis Miguel: la serie" (2021), donde interpreta a Michelle Salas. Pero esa historia nos la contó en esta nota. Y regresando al hoy, "La Ira de Dios" significaba su primera película para Argentina.

"Es una locura, de verdad no lo puedo creer. Es un sueño hecho realidad. Desde que tengo 14 años, sueño con este momento. Además la forma en la que yo quería llegar era como muy específica. Entonces, haber logrado recorrer el camino, aunque no haya sido por ahí tan lineal, me enriquece, me llena de orgullo", expresa.

"Estoy en un momento donde siento mucha responsabilidad pero también mucho honor de poder poner el nombre de Argentina en el extranjero, también. Porque siento que a veces es vaga la idea: estamos lejos, muy en el sur y a veces no llegan tan bien los mensajes y me parece un propósito hermoso poder ser una latina, de Argentina y retratar eso para que la gente pueda conocer mi tierra, mis raíces un poco más", asegura.

El regreso de Diego Peretti a la plataforma lo encontró con el desafío de volver a ponerse en la piel de un personaje rodeado de un halo de misterio y atravesado por cuestiones de moral y religión como lo es Kloster y como lo vimos al ponerse en la piel del Pastor Emilio Vázquez en "El Reino" (premiada en los Premios Platino), que dicho sea de paso, prepara su segunda temporada. Con ese denominador común, ¿cómo se siente al interpretar estos personajes?

"Me pasa que como están tan apartados de mis pensamientos y se animan a hacer cosas que están muy lejos de mí, me resultan divertidos porque son una forma de trasladarse a una órbita muy diferente, muy perversa, de un funcionamiento muy psicopático, de hurgar en la culpa y en los defectos de la otra persona para sacarle provecho. No deja de ser divertido poner todo eso en función de un personaje", destaca en el marco de la misma conversación dentro de la Librería El Ateneo Grand Splendid, donde se rodó una de las escenas más dramáticas del thriller.

Para un actor como Diego Peretti, lo fundamental es que a la hora de embarcarse en un proyecto, "las condiciones estén buenas para poder jugar", ya sea en un thriller o una comedia.

"Para eso, en principio el guión y la inteligencia y sagacidad de quien lleva el barco que en este caso es el director, Sebastián, con quien trabajamos muy bien y le da mucha importancia a cómo vamos a llegar al set, a los entendimientos en la puesta en escena, la interpretación de los personajes. Más allá de cómo le vaya a la película, fue una experiencia realmente muy enriquecedora. Si el contexto está bien armado, wow", expresa.

En "La Ira de Dios", las versiones, los puntos de vista construyen el relato. En esa dinámica se mueve el periodista Esteban Rey (Minujín), que además de descubrir quién dice la verdad, cuánto interviene el azar y la moral, se ubica como una suerte de puente que nos conecta como espectadores a los personajes. 

Luciana sentencia: —Nadie puede concebir la idea de que una celebridad sea un asesino—; Kloster remata —Quien hubiera dicho que una chica inteligente llegase a semejante grado de locura. De todos modos no me sorprende, siempre fue una manipuladora—. Ella lo acusa, él la acusa.

La palabra de uno contra la del otro; qué está dicho y cuánto no. El juicio ¿se dictamina a los ojos de Dios? ¿con qué vara aplica la tan conocida Ley del Talión? y ¿cómo castigaría uno si fuese Dios? Reflexiones que la película -con guión de Schindel y Pablo Del Teso; y un elenco protagónico que completan Mónica Antonópulos, Guillermo Arengo, Romina Pinto, Ornella D'Elía, Germán de Silva y más-, toma de la mente de Martínez y que te ponen la piel de gallina.

• Hay una cuestión predominante en la película que tiene que ver con las miradas, con la relación de cercanía y lejanía de los personajes. ¿Cómo trabajaron eso? ¿Cómo se acompañaron?

Diego Peretti: A mí me ocurrió algo con ella cuando fui al primer ensayo. Era el personaje. Había ya algo en ella, en su lucidez, de la seducción y complejidad emocional, en su cabeza, emociones, tenía la complejidad que yo imaginaba, necesitaba tener el personaje de Luciana. No hubo algo forzado ahí de tratar de encajonarlo. Me pareció muy fluido el trabajo.

Macarena Achaga: Fue una hermosa experiencia. No siempre pasa que una se ve con actores, más en este caso que estoy rodeada de dos que son referencias, y conecta desde un lugar humano. Es difícil dejar las expectativas de lado, preguntarme cumpliré o no, estaré o no a la altura. Y creo que pude conectar con ellos como actores, como compañeros, como amigos. 
Hace un rato les decía, les puedo escribir, en serio les puedo mandar un mensaje o pedir un consejo. Eso es algo que no pasa todas las veces.

• —"¿Cuál es la esencia de un thriller?", le preguntan a Kloster en una entrevista. Les pregunto a ustedes, cuál es la esencia de este thriller. Que en una película de suspenso o terror es que los monstruos estén y formen parte del mundo real.

Diego Peretti: Es cierto. Es un thriller psicológico con tintes metafísicos. Aparece lo religioso con sentimientos muy humanos. Muchas veces para darle explicación a cosas inexplicables, el ser humano va por caminos que son muy autoflagelantes.

Macarena Achaga: Lo que yo rescato y me parece más importante de este thriller es cuánto te hace cuestionar. Tiene preguntas que algunas están muy superficiales, otras están un poco por abajo del agua pero de verdad comienzan a hacerte cuestionar si nuestra ética y moral es tan correcta. Porque al final del día empezás a empatizar con algunas cosas y acciones no tan propias de alguien con buena moral de los personajes.

Me parece muy interesante esa capacidad de generar conversación alrededor de temas importantes, que podrían ser tabú; plantearlos para después poderlos desarrollar en casa con quienes hayan visto la película. Al menos, desde mi lugar, Macarena necesita esta cosa de propósito, y tener estos mensajes dentro de una película me parece vital.

• Uno de los temas centrales de la historia es contar de forma muy interesante el proceso demoledor que vive una víctima. ¿Cómo los interpeló esto desde la película?

Macarena: Fue la primera cuestión que cuando me ofrecieron la película, me senté con Sebastián y le dije cómo vamos a grabar esto. Por ahí acá en Argentina no tengo tanto la oportunidad de trabajar pero afuera soy una persona que habla mucho y muy fuerte en favor de las mujeres y trato de que mis personajes hagan hincapié en temas que necesitan atención. Esta era una gran oportunidad pero compleja.

Creo que como actriz una tiene que poder no juzgar a los personajes y eso también es esencial. Yo como Macarena no puedo no hacer algo por el qué dirán, al final del día a mí me toca ponerme a disposición para contar una historia y en este caso abrir un tema de conversación, como decías tan importante. Lo hice con mucho respeto, con mucho amor, y para ayudar a Luciana a transitar todo esto que estoy segura, más de una persona va a decir: "Me siento identificada".

• Diego, son temas y problemáticas muy vigentes acá en Argentina, ¿qué te pasa a vos con eso?

Uno de los planos metafóricos de la película pasa por estos temas tan vigentes en nosotros. Lo bueno de la película tiene que ver con que está atravesado de una manera no clara, lo que también provoca un escozor particular.

Se mueven las placas tectónicas sociales con estos temas, donde la moral y la ética están disociados, entonces genera una cantidad de preguntas que la película transita y me parece buenísimo.

• Aprovechando que estamos en este Ateneo maravilloso, ¿les gusta leer? ¿alguna que estén leyendo ahora?

Macarena: Ahora estoy leyendo Travesuras de la niña mala (de Mario Vargas Llosa)

Diego: Sí, me gusta leer. Siempre tengo ahí algunas lecturas pero en este momento no estoy con ninguna. Soy muy ecléctico en la lectura. Ahora estoy muy audiovisual, que desde ya es otra lectura.

Diego Peretti y Macarena Achaga protagonizan "La Ira de Dios", junto a Juan Minujín. Un thriller "hecho en Argentina", que lleva a la pantalla la novela de Guillermo Martínez, con una historia que te cautiva aún habiéndola terminado. Ya disponible para ver en Netflix.