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Cine y series #Netflix#criminal

Análisis | La serie internacional Criminal es un experimento de Netflix

Cuatro países, doce sospechosos y una misma sala de interrogatorios. Esta es la nueva propuesta detectivesca de Netflix. 

Análisis | La serie internacional Criminal es un experimento de Netflix

De vez en cuando, Netflix se despacha con algún proyecto que rompe las convenciones narrativas o, al menos, se sale de la norma conocida. El año pasado nos regaló “Black Mirror: Bandersnatch”, un episodio interactivo muy al estilo de ‘elige tu propia aventura’, y ahora nos presenta una producción todavía más ambiciosa que engloba a cuatro países diferentes en un mismo escenario: el cuarto de interrogatorios de una jefatura de policía.

“Criminal” tiene lugar en Alemania, Francia, España y Reino Unido, aunque las cuatro series policiales se hayan filmado en el mismo estudio de Madrid (¿tiene sentido?). El set nunca cambia: dos cuartos adyacentes separados por un espejo de dos caras en alguna central policiaca del país en cuestión, donde los oficiales encaran diferentes casos y sospechosos tratando de encontrar la verdad, al mismo tiempo que lidian entre ellos y sus propios problemas personales.

La creación antológica de Jim Field Smith (“Episodes”) y George Kay se compone de doce episodios en total, tres por serie, donde los detectives protagonistas se van enfrentando a distintas investigaciones, algunas más truculentas que otras, y hasta basadas en hechos como el atentado al parisino Bataclan, durante el concierto de Eagles of Death Metal. El primer capítulo de cada una de estas entregas abarca un extenso abanico de crímenes y sospechosos, decimos sospechosos (claro) porque todos son inocentes hasta que estos dedicados policías demuestren lo contrario.

Ahí es donde entran en juego las destrezas de los guionistas y directores (Smith, Frédéric Mermoud, Oliver Hirschbiegel y Mariano Barroso), quienes exploran este escenario desde diferentes ángulos (visuales y narrativos) para crear tensión, drama y suspenso a lo largo de los cuarenta y pico de minutos de dura cada episodio. Ni hablar de las actuaciones de los sospechosos de turno (David Tennant, Carmen Machi y Sara Giraudeau, entre otros) o las de sus contrapartes detectivescas que, muchas veces corren contrarreloj para lograr una confesión de algún tipo.

Los sospechosos de siempre

“Criminal: Alemania” arranca con “Jochen”, un empresario inmobiliario citado en la jefatura para tratar de brindar alguna información sobre un albañil de Alemania del Este, que supo trabajar para él en el año 1991. El supuesto cuerpo del joven fue hallado recientemente y las pocas pistas que aparecen conducen a Jochen Müller, cuyo pasado también esconde varios secretos.       

En España, los detectives tienen que lidiar con “Isabel”, una estrafalaria mujer (Machi), dueña de una dálmata de competición en la que deposita todos sus anhelos, sospechosa junto a su hermano de la desaparición de Silva, un hombre casado con el que tuvo una relación random. Acá queda claro que, muchas veces, los detectives también deben jugar un poquito sucio y doblar las reglas para alcanzar sus objetivos, siempre en el buen nombre de la justicia.

Del otro lado del cristal

Yendo para Reino Unido nos encontramos con el doctor Edgar Fallon (Tennant), un tipo imperturbable que lleva 23 horas de interrogatorio sin hacer comentarios. El galeno está acusado del asesinato de su hijastra Nicky, de tan solo 14 años, un crimen repudiable que lleva a los policías hasta el límite e, incluso, a dudar de sus propias convicciones. Por su parte, en Francia, la tarea en un poco más engorrosa, ya que “Émilie” (Giraudeau) debe volver a repasar los horrendos acontecimientos ocurridos en Bataclan tiempo atrás. De a poco, van apareciendo algunas inconsistencias en su testimonio y la incertidumbre de que, tal vez, no estuvo junto a su novio en el lugar, al momento del atentado.

“Criminal” hace gala de su narrativa detectivesca, pero nunca deja de lado la humanidad de los detectives y de los acusados. Por algún motivo, los hombres de la fuerza son un poco más sensibles que las mujeres, personajes más agresivos cuando se trata de los sospechosos o de sus compañeros/as. ¿Será que falta un poco de visión femenina detrás de las cámaras? Igual, el punto más alto de la serie es mantener la diversidad de temas y escenarios en el conjunto de sus casos, aunque se concentra más en los supuestos culpables que en los policías. Una propuesta atrapante e interesante donde, de alguna manera, también pueden elegir su propia aventura o, entre caso, el equipo/país que más les gusta.

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