Los cartílagos y meniscos prácticamente no tienen flujo de sangre, lo que significa que no pueden sanar por sí mismos en caso de ser dañados. Por eso las lesiones en las articulaciones (como la rodilla, una de las más comunes), requieren de cirugía y un largo período de recuperación.
En la actualidad uno de los tratamiento disponibles incluye la inyección de un material (llamado hidrogel) con células regenerativas o medicación, que se coloca directamente en el área. El problema es que el movimiento y el flujo de fluidos suelen removerlo, por lo que los especialistas utilizan una membrana especial que mantiene el hidrogel en su lugar, pero que precisa ser suturada y daña el mismo tejido que se busca regenerar.
Pero investigadores suizos acaban de revelar un nuevo material, compuesto en un noventa por ciento de agua, que se adhiere naturalmente al tejido gracias a una doble estructura de fibras que absorben el impacto del movimiento y sin afectar su capacidad adherente.
“La doble estructura de red distribuye la energía mecánica a lo largo del hidrogel, por lo que el material muestra mejoras en la adhesión cuando es comprimido o estirado,” explicó Dominique Pioletti, uno de los líderes del proyecto.
“Gracias a su alto contenido de agua, es muy similar en su naturaleza al tejido que fue diseñado para curar,” dijo uno de los investigadores.
Los investigadores ya han comprobado que el hidrogel puede adherirse a diferentes tipos de tejidos, y el siguiente paso llenarlo con diferentes agentes utilizados para tratamientos específicos para poner a prueba su efectividad.
“Si trabajamos en las increíbles propiedades adherentes del material podemos abril la puerta a un enorme número de aplicaciones,” dijo Martin Broome, uno de los co autores del artículo. “Un día, por ejemplo, puede ser utilizado en lugar de materiales metálicos como titanio para curar fracturas.”