Dormir poco y mal podría estar relacionado con el Alzheimer durante la vejez dado que aumenta las cantidades de dos proteínas cuya acumulación está relacionada con el desarrollo de la enfermedad: la proteína tau y la amiloide beta. El estudio, que se hace eco de varios trabajos anteriores, fue publicado en la revista Science.
Los autores del trabajo tomaron muestras de fluido cerebro-espinal de ocho adultos en dos situaciones distintas: primero, luego de una noche de sueño normal y, luego, después de 36 horas de no dormir. En el segundo caso, hubo un incremento de más del 50 por ciento en las cantidades detectadas de tau. Un experimento similar realizado con ratones mostró que los que reposaban bien tenían la mitad de tau que quienes no lo hacían.
Varias investigaciones anteriores ya habían planteado la existencia de una correlación fuerte entre el Alzheimery la cantidad de proteínas tau y amiloide beta detectadas en el sistema nervioso. Este estudio, en particular, muestra cómo influye el modo en que dormimos en esa acumulación.
Además de la consolidación de la memoria, una de las funciones del sueño es, según se sabe, “limpiar” el cerebro de residuos metabólicos generados durante la actividad diaria, lo que no se cumpliría adecuadamente en los pacientes con insomnio. Además, cuanto más activas estén las neuronas, mayor es la producción de tau y amiloide beta. Dado que estar despierto exige, según se cree, una mayor actividad cerebral que estar dormido, es razonable esperar un aumento en la cantidad de estas proteínas en quienes no alcanzan un sueño adecuado.
El Alzheimer es una enfermedad neurodegenerativa en la cual las neuronas dejan masivamente de funcionar, pierden comunicación entre sí y mueren. Las primeras áreas cerebrales en ser afectadas son las asociadas con la memoria (el hipocampo, por ejemplo): de ahí que el primer síntoma visible sea la incapacidad para recordar.
Aunque aún quedan muchas cosas por estudiar, David Holtzman, uno de los co-autores del trabajo, sostuvo que “tratar los desórdenes del sueño durante la madurez y conseguir niveles apropiados de sueño podría reducir el riesgo de padecer Alzheimer”.