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Actualidad #Mendoza#caza#Ciervo colorado#Cotos#Ecosistema

Ya se pueden cazar ciervos y otros animales exóticos en Mendoza

El Gobierno de la provincia volvió a habilitar la caza de ciervos colorados y otras especies foráneas. Y aunque esos animales perjudican al ecosistema local, hay polémica.

Ya se pueden cazar ciervos y otros animales exóticos en Mendoza
El ciervo colorado (Cervus elaphus) no es una especie local.

Los ciervos colorados se introdujeron en la provincia con un solo propósito: matarlos. Además, la mayoría de las veces se los ataca solo por diversión. La noticia es que la Dirección de Recursos Naturales acaba de reabrir la caza de esta y otras especies foráneas porque impactan negativamente en los ecosistemas locales, generando una polémica llena de contradicciones.

La matanza de ciervos se aprobó sin más restricciones que las que pongan los cotos de caza.

El problema se agrava cuando las especies traídas de otros sitios se vuelven silvestres. Entonces ingresan a los campos locales con ventajas competitivas y producen verdaderos desastres ambientales. En el caso de los cotos -espacios cerrados de crianza y cacería- se los había prohibido, pero ahora se habilitó la caza deportiva.

La nueva resolución dice: "Autorícese la Actividad Cinegética de especies consideradas exóticas invasoras; dañinas y perjudiciales en las cantidades que a continuación se detallan". Luego se indica el número de animales que pueden matarse. Para los ciervos colorados no hay ninguna restricción, salvo la que indiquen los cotos.

También se pueden matar liebres europeas, conejos silvestres y chanchos jabalíes. La caza está permitida, pero se prohibe "la venta de productos y subproductos derivados".

Errores

 

Se cree que el ciervo colorado se introdujo en la Argentina a principios del siglo XX. Rápidamente, la especie se expandió por varias provincias, desplazando al huemul -que está en extinción- y al pudú.

Un fenómeno similar se dio con castores norteamericanos que hoy se multiplican en algunas zonas patagónicas. En los años cuarenta, se introdujeron 20 de estos roedores en Tierra del Fuego. Ahora hay más de 100.000 y se están devorando los bosques porque no tienen enemigos naturales en el área.