La historia tiene como protagonista a un joven que, a su manera y con lo que podía, se las ingeniaba para ganarse la vida. Como todos los días, ayer jueves 22 de marzo, Maximiliano Gómez salió a la calle a ofrecer sus clásicos sándwiches de salame y queso.
Pero de pronto, dos efectivos policiales de la seccional 7ma se acercaron hasta la calle Perón al 2500 en el barrio de Balvanera, y comenzaron a labrarle un acta por violar el artículo 83 del Código Contravencional, que castiga con multas el uso indebido del espacio público.
El muchacho se lamentaba por la situación de perder toda la mercadería, cuando un vecino que pasaba por allí capturó el momento con una foto que compartió en Twitter. Claro, en pocos minutos la historia empezó a viralizarse y los usuarios apoyaron de manera unánime al joven.
Según le indicaron fuentes de la Policía de la Ciudad a la agencia Télam, Maximiliano no fue detenido ni esposado, sino que se le labró un acta por la contravención y se le secuestró la mercadería porque no contaba con los controles bromatológicos.
Más allá de gran cantidad de personas que se solidarizaron con el joven, a quien le propusieron que publique su celular para que pudiera vender sandwiches a domicilio, se abrió el debate sobre si este tipo de productos pueden venderse o no en la vía pública.