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Actualidad #víctor saldaño#Pena de muerte

Pena de muerte: piden que el cordobés Víctor Saldaño no sea ejecutado

Lo hizo la Comisión Interamericana de Derechos Humanos ante el gobierno de Donald Trump. Hace unas semanas, la Corte Suprema norteamericana rechazó revisar el caso.

Pena de muerte: piden que el cordobés Víctor Saldaño no sea ejecutado

El tiempo se agota pra el cordobés Víctor Hugo Saldaño, condenado a muerte en Texas, Estados Unidos. Este martes, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) instó a la administración Trump a conmutarle la pena al argentino que lleva más de 20 años en el "corredor de la muerte".

El organismo también solicitó que lo retirara del área destinada a los sentenciados a morir y que le garantizara la debida atención a su salud mental.

En un documento emitido tras una reunión de trabajo llevada a cabo el 13 de noviembre en Quito, Ecuador, en la que participaron Juan Carlos Vega, abogado de Saldaño y de su familia, y representantes de la Justicia de EE.UU., la CIDH solicitó a ese país el cumplimiento de las recomendaciones que le había hecho oportunamente en relación con los derechos humanos de Saldaño.

Para la CIDH, el argentino no tuvo una defensa adecuada. A su vez, los representantes del organismo entendieron que en el segundo juicio —en el que por segunda vez el argentino fue condenado a muerte— su salud mental fue indebidamente considerada.

Según consta en el informe N° 76/16 de la CIDH, "la consideración dada en el segundo juicio al estado de salud mental de Víctor Saldaño, y a las manifestaciones que causó dicho estado en su conducta, invocadas por la fiscalía como indicio de peligrosidad futura, a pesar del hecho de que fueron desencadenadas por el tiempo pasado en el pabellón de condenados a muerte, en virtud de una sentencia que consideró su raza y origen nacional, constituyó una forma de tratamiento inhumano y una pena inusitada (...)".

El caso por el que Saldaño puede recibir la pena capital

Saldaño hace unos años.

El 25 de noviembre de 1995 Víctor Hugo Saldaño y su amigo mexicano Jorge Chávez llevaban un par de días de excesos. El argentino confesó después que estaban muy borrachos.

Pero el crimen que cometieron fue de una torpeza casi ingenua: testigos los vieron entrar a un negocio de las afueras de Dallas y salir encañonando a Paul Ray King, un vendedor de computadoras de 46 años.

Los vieron meterse con él en un bosque cercano y volver solos. Dentro del bosque, King estaba muerto, con cinco tiros en el cuerpo. Cuando la policía lo detuvo, horas más tarde, Saldaño tenía el reloj de King en la muñeca y el arma en el bolsillo. El botín del robo superaba los 50 dólares.

Por aquel crimen, el argentino fue condenado a muerte dos veces por la justicia de Texas. Uno de esos fallos fue anulado por la Suprema Corte de Justicia, tras acreditar que se utilizó un criterio racista para dictar la sentencia.

Saldaño, nacido en Córdoba en 1972, está alojado en el corredor de la muerte de una cárcel de máxima seguridad en Houston, en condiciones que los organismos internacionales de derechos humanos califican como "tortura".

Tras quedar preso, Saldaño mandó una carta a su familia: les contaba que había caído por robo y homicidio, que le iban a dar pena de muerte y que se olvidaran de él porque ya estaba muerto. Sin embargo, su madre, Lidia Guerrero, emprendió una cruzada conmovedora por la vida de su hijo. Tocó innumerables puertas y hasta logró ser recibida por el Papa Francisco.

Francisco con la madre de Saldaño en el Vaticano.

La Cancillería argentina hizo varias gestiones para intentar evitar que el hombre sea ejecutado y hasta el Papa Francisco rezó por su vida, pero tras la decisión de los jueces de la Corte estadounidese, quienes semanas atrás no aceptaron revisar el caso, poco queda por hacer.

El de la CIDH es uno de los últimos intentos por evitar su ejecución. Mientras, el único argentino condenado a muerte en Estados Unidos, sigue encerrado en una jaula mínima con una silla y un teléfono y un vidrio sucio.