El ex presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, condenado a 12 años de prisión por presunta corrupción y lavado de dinero, reiteró en Río de Janeiro su deseo de ser nuevamente candidato, para lo que necesita que le "devuelvan su inocencia".
Lula, favorito en todas las encuestas para las elecciones de octubre, fue condenado por supuestamente haber recibido un departamento en el popular balneario Guarujá como soborno de la constructora OAS.
Sin embargo, ninguna prueba pudo vincular al ex mandatario efectivamente con el departamento. Eso no impidió que el Tribunal Regional Federal de Porto Alegre confirmara una condena de primera instancia y elevara la pena a 12 años y un mes de prisión.
Ese tribunal ya ordenó arrestar al líder del Partido de los Trabajadores (PT), pero el Supremo Tribunal Federal (STF) habilitó el pasado 22 de marzo tratar un recurso de habeas corpus sobre el que se pronunciará mañana.
"No van a encarcelar mis pensamientos ni mis sueños", advirtió el ex mandatario ante cerca de 5.000 seguidores que lo acompañaron en su último acto proselitista antes de que la Corte Suprema decida mañana si va a prisión o recibe el hábeas corpus solicitado por su defensa.
Lula afirmó que exige un juicio justo "no por el derecho a una candidatura sino por el derecho a respetar los derechos".
"Espero que la Corte Suprema haga justicia", expresó Lula luego de criticar a la Fiscalía, la Policía Federal, a los magistrados del Tribunal Regional Federal de la Cuarta Región de Porto Alegre, al juez Sergio Moro y al canal Globo, a los que trató de "mentirosos" y "dictadores" y los acusó de perseguirlo.
La izquierda brasileña le reiteró su apoyo incondicional y amenazó con declarar una "guerra civil" si el ex presidente va preso.