La autoridades de la región administrativa informaron que el número de víctimas fatales del incendio ocurrido la semana pasada en el complejo residencial Wang Fuk Court, en el distrito de Tai Po, subió a 146 muertos. Se trata de la tragedia más grave en términos de víctimas mortales registrada en Hong Kong en décadas.

El incendio había comenzado el miércoles por la tarde en un andamio de bambú que recubría uno de los edificios en renovación, y se propagó con rapidez a siete de las ocho torres del complejo. Los materiales inflamables usados en la obra, como paneles de espuma y cobertura externa, habrían favorecido la propagación del fuego.

Tras completar la inspección en tres torres adicionales, la policía ajustó la cifra de víctimas. Según Tsang Shuk-yin, portavoz, el recuento fue actualizado a las 16:00 (hora local) con 146 fallecidos y advirtió que no se descarta que el número siga aumentando.

Además de los muertos, se registran 79 heridos, varios de ellos bomberos movilizados para las tareas de rescate. Se estima que unas 100 personas continúan desaparecidas, lo que mantiene activas las operaciones de búsqueda y rescate.

Las condiciones en las que se desató el incendio, materiales inflamables combinados con estructuras de andamios de bambú y redes de protección, reabrieron el debate sobre las normas de seguridad en construcciones y remodelaciones en la ciudad, así como los riesgos asociados a obras en altura. Las autoridades calificaron el hecho como una tragedia de magnitud sin precedentes reciente.

La tragedia provocó conmoción social. Familias de víctimas y residentes del complejo se acercaron al lugar con flores y velas para rendir homenaje, mientras la comunidad internacional expresó su solidaridad. Las investigaciones ya comenzaron, y la policía advirtió que no descarta nuevas víctimas ni responsabilidades penales.