Tras el terremoto de magnitud 7,2 que sacudió a la República de Haití, causando al menos de momento 2.207 víctimas y más de 12.000 heridos, además de daños materiales, el Papa Francisco, a través del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, realizó el envío de una primera contribución de 200.000 euros para el socorro de las poblaciones en esta fase de emergencia.
Vale recordar que el pasado 18 de agosto un sismo hizo temblar las casas y obligó a la población a buscar protección, teniendo su epicentro a 12 km de la ciudad de Saint-Louis-du-Sud, que se ubica a unos 160 km de la poblada capital haitiana, Puerto Príncipe.
Posteriormente se emitió una alerta de tsunami, previendo posibles olas de hasta tres metros a lo largo de la costa de Haití, pero pronto levantó la alerta.
"Muchas casas están destruidas, hay muertos y algunos están en el hospital", dijo Christella Saint Hilaire, una de las ciudadanas del país afectadas por el evento.
La larga sacudida inicial se sintió en gran parte del Caribe, incluso en Santiago de Cuba (a unos 300 km de Saint-Louis-du-Sud), donde muchos residentes salieron de sus hogares.
El sismo dañó escuelas y viviendas en la península suroeste de Haití, según las imágenes posteriormente publicadas en redes sociales por los testigos.
Los residentes compartieron imágenes de las ruinas de edificios de hormigón, incluida una iglesia en la que aparentemente se estaba celebrando una ceremonia el sábado en la ciudad suroeste de Les Anglais.
En enero de 2010 hubo un sismo similar que afectó gran parte de Puerto Príncipe y las ciudades cercanas, cuyas consecuencias fueron la muerte de más de 200.000 personas y 300.000 heridos.
Entonces, más de un millón y medio de haitianos se quedaron sin hogar, dejando a las autoridades de la isla y a la comunidad humanitaria internacional ante un reto colosal en un país que carece de un registro de tierras y de códigos de construcción.
El terremoto destruyó cientos de miles de viviendas, al igual que edificios administrativos y escuelas, así como el 60% del sistema sanitario de Haití.
La reconstrucción del principal hospital del país sigue incompleta, y las organizaciones no gubernamentales se han esforzado por suplir las numerosas deficiencias del Estado.