Si bien los médicos habían recomendado la intervención quirúrgica porque la cabeza del bebé era demasiado grande, su familia le negó el permiso para hacerse una cesárea. Tras esto, la mujer que estaba en trabajo de parto, se suicidó.
El hecho ocurrió en China y tanto la madre como el niño murieron después de que la mujer se tirara por una ventana del hospital número 1 de Yulin.
La mujer, cuyo nombre no trascendió, estaba embarazada de 41 semanas y de acuerdo a los médicos, no podía dar a luz de manera natural.
Según informó el sitio Daily Mirror, de acuerdo con la legislación local, la familia de la parturienta tiene que dar el permiso para la cesárea, cosa que no ocurrió en este caso.
Las cámaras del hospital captaron uno de sus dos intentos por conseguir ayuda, tirada de dolor en el piso.
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