¿Cómo operan los trolls para influir en la opinión pública?
Tras el escándalo de Facebook, salió al descubierto que la información que circula en Internet es definitivamente utilizada con fines políticos. Conocé cómo funciona este ejército de posicionadores de algunos y detractores de otros
Luego del destape de Facebook, que entregó información privada de 50 millones de usuarios a la consultora Cambridge Analytica para ser utilizada en la campaña presidencial de Donald Trump, quedó al descubierto el hecho de que los espacios cibernéticos son manipulados para sacarles provecho político.
Este asunto trajo a colación el tema de los trolls, este ejército de internautas que trabajan para posicionar a un candidato favorablemente y detractar a otros.
"El troll es un usuario ficticio con una identidad no verificada, puede ser una persona que no utiliza su identidad verdadera. Aquellos que son máquinas se denominan bots", definió Guendi Palazzini, presidenta de la Asociación de Víctimas de Trolls, en diálogo con Crónica TV.
La representante de los afectados por estos "detractores a sueldo" destacó el hecho de que "podés opinar, pero hay una reacción desmedida en contra".
"Ataques intimidatorios, algunas personas han recibido amenazas de muerte, como la diputada Victoria Donda", ejemplificó la periodista Rosario Lufano las formas de actuar de esta nueva figura.
"Hay una especie de cibertropas, hay un sistema de ataque: vos decís 'A', como no estás de acuerdo con la opinión generalizada, empiezan los ataques intimidatorios para tratar de meterte miedo con mentiras y difamaciones, todo el tiempo, es brutal", añadió.
Si bien no hay datos de cuántas personas trabajan en el área de la difamación en las redes sociales, se sabe que existen callcenters dedicados específicamente a esta tarea.
Ante esta situación, Lufano planteó las siguientes cuestiones: "Si estamos frente a un sistema, ¿quién lo financia? ¿Quién contrata a estas personas? ¿Estamos o no frente a delitos?".
Contemplando la legislación penal que existe respecto a asuntos cibernéticos, la periodista recordó que "para que agarren a los que trollean tiene que haber un oficio judicial o tenés que hacer una denuncia".
"A través de la geolocalización se puede identificar desde qué teléfono se emite este tipo de mensajes. Ahí tendriamos que ver si estamos ante un delito federal (si interferís una red de telecomunicaciones), calumnias e injurias, o incitación a la violencia colectiva", apuntó nuevamente Lufano.
¿Cómo trabaja un troll?
En el mismo programa donde se estaba debatiendo esta cuestión que aqueja a tantos usuarios, un periodista de Crónica TV reveló que, anteriormente, se desempeñaba como troll.
"Me contrató una empresa privada: tenía que crear 50 cuentas por día y entrelazarlas entre ellas. Tenía que tener seguidores, y escribir a favor de Enrique Peña Nieto en México. Hacíamos campaña para él y todos los días teníamos que escribir mensajes a favor", confesó el reportero.
En cuanto a la parte negativa, el joven refirió que "cuando detectabas mensajes en contra o denuncias, tenías que contestarles. Te decían que tenías que desestimar lo que estaban diciendo, y agraviabas al rival de turno", aseguró.
La utilización de los trolls pone en juego la libertad de expresión y da cuenta de la manipulación que existe en torno a los temas más cotidianos, ubicados y pensados estratégicamente para formar una opinión particular.