Si sos de los que siempre padeció levantarse temprano, vas a rogar por que las autoridades educativas le hagan caso a este estudio. En Estados Unidos, investigadores de la Universidad de Nevada y de la Open University descubrieron que las clases a primera hora de la mañana chocan con el reloj biológico de los jóvenes adultos.
Según el patrón de 200 estudiantes universitarios analizados, el desempeño académico alcanza su pico entre las 11 y las 21.30. En consecuencia, los expertos plantean la posibilidad de que en lugar de comenzar a las 8 o 9, las clases deberían comenzar a las 11.
Según el estudio, a partir de los 19 años se modifican los tiempos naturales de la vigilia y del sueño y se adelantan hasta tres horas.
“Los estudiantes pueden tener un mejor desempeño si orientan su tiempo de estudio con su ritmo personal y el momento del día en el que saben que son más eficaces”, expresó Paul Kelley, miembro del equipo investigador al diario The Independent.
Además, Kelley aseguró que tener que levantarse temprano podría llevar al aumento de problemas de salud mental. "La perdida de sueño perjudica el rendimiento escolar y aumenta el riesgo de padecer obesidad, depresión o abuso de drogas", señalaron los responsables del informe.