Un delincuente, que presuntamente escapaba con otros tres sujetos tras haber cometido un robo en el barrio porteño de Villa Lugano, fue detenido junto a un cómplice. Su captura se llevó a cabo luego de que golpeara&nbsp;con una tabla en la cara a un efectivo de la Policía de la Ciudad y que intentara&nbsp;sustraerle el arma reglamentaria. 
Todo comenzó el viernes pasadas las 22 horas&nbsp;cuando un móvil de la comisaría 48 recorría la zona en prevención de ilícitos y al llegar a la calle Cuter Luisito.&nbsp;En dirección a la avenida Castañares divisó a cuatro sujetos escapando a pie hacia el interior del Barrio Padre Mugica mientras eran perseguidos por dos uniformados. 
En ese momento, el oficial Federico Ferreyra se sumó a la persecución con el objetivo de cortarles el paso a los sospechosos y en ese aspecto logró divisar a dos de ellos. 
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 El policía herido fue asistido en el Hospital Cecilia Grierson de Villa Soldati 
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El efectivo junto a otro uniformado ingresó&nbsp;al barrio y al subir las escaleras de uno de los edificios -siguiendo a uno de los sujetos-&nbsp;fue sorprendido por uno de ellos que lo golpeó con una tabla de madera. 
A pesar de sentir el impacto del objeto contundente y tener sangre en la cara, Ferreyra forcejeó con su agresor y ambos cayeron al piso.&nbsp;El delincuente intentaba propinar más golpes para poder escapar e incluso estiraba sus manos con el fin de poder sustraer el arma reglamentaria del oficial. 
Arribó al lugar, finalmente, el oficial primero Cardoso, encargado del móvil en el que se trasladaba Ferreyra y logró reducir al delincuente. 
En tanto, el oficial primero Quinteros detuvo al otro sujeto que se había dado a la fuga anteriormente y se les secuestró una pistola cromada con mango de madera. 
Asimismo, cuando iban a proceder a labrar las actas de rigor de las detenciones se encontraron con decenas de vecinos del Barrio Padre Mugica que se mostró de manera hostil contra el personal policial y que buscaba liberar a los dos sujetos aprehendidos. 
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 Ubicación donde se trasladó el procedimiento 
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Los uniformados y los móviles que arribaron de apoyo lograron retirarse del lugar con los dos sujetos, con el fin de resguardar la integridad física de los efectivos, como también de los detenidos. 
De esa manera, el procedimiento se trasladó a la intersección de la Avenida Riestra y la calle Cañada de Gómez, donde el oficial Ferreyra fue asistido por un médico del SAME, a raíz del golpe recibido, que arrojó como diagnóstico "traumatismo facial sin pérdida de conocimiento". 
El policía fue trasladado al hospital Cecilia Grierson de Villa Soldati para una mejor evaluación de la herida sufrida.&nbsp;Además de una pistola, se les incautó&nbsp;a los sospechosos también un vehículo Chevrolet Tracker. 
La causa fue caratulada en principio como "Averiguación de ilícito", "atentado contra la autoridad", "Resistencia o desobediencia a la autoridad" y "portación de arma de fuego de uso civil".

Una vez que fueron interceptados por la Polic&iacute;a se les incaut&oacute; una pistola y tambi&eacute;n un veh&iacute;culo Chevrolet Tracker

Una vez que fueron interceptados por la Polic&iacute;a se les incaut&oacute; una pistola y tambi&eacute;n un veh&iacute;culo Chevrolet Tracker

Villa Lugano: Escapaba de un robo, hirió a un policía y finalmente fue detenido junto a un cómplice

POLICIALES

La modalidad de robarle armas a los policías de las distintas fuerzas creció en los últimos tiempos y las mismas se venden por lo menos al doble de su valor en el mercado clandestino, donde los principales compradores son los narcos para proveer a sus "soldaditos". 
En las últimas semanas se dieron varios casos de uniformados a los que los asaltantes balearon y hasta asesinaron solo por el hecho de sustraerles la pistola, como objetivo principal, y por ganarse el "respeto" del mundo delictivo, como meta secundaria. 
Según pudo averiguar NA, una pistola Bersa Thunder 9 milímetros, provista en gran parte al personal de la Policía Federal más nuevo, cuesta unos 15 mil pesos promedio, mientras que en forma ilegal se paga entre 25 mil y 40 mil pesos. 
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 Robo de armas (imagen ilustrativa) | Foto: Stock Photo 
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"En el caso de las armas ocurre a la inversa que con otro tipo de objetos o mercadería, porque sale más cara, debido a que en el mercado 'negro' se puede obtener sin tener portación de legítimo usuario y en muchos casos le liman la numeración", precisó un sargento de la Policía Federal que evitó dar su nombre por temor a represalias en la fuerza. 
Los uniformados de la Federal, ya sea los que se quedaron y los que fueron traspasados a la órbita de la Ciudad usan la Bersa Thunder, los más nuevos, y la Browning, los más viejos, -nunca se las cambiaron salvo a aquellos que tras mantener algún tiroteo les dieron a elegir seguir con la misma o cambiarse con los más nuevos-. 
En tanto, los efectivos que estaban en la ya desaparecida Metropolitana utilizaban las Pietro Beretta PX4 Storm, por lo que al crearse la Policía de la Ciudad cada uno quedó con sus armas. 
Por su parte, los uniformados de las distintas Policías Locales -últimamente blanco preferido de los ladrones en la Provincia- y de la Bonaerense también usan la Bersa Thunder 9 milímetros, mientras que los Federales que se desempeñan en la custodia Presidencial y en Vicepresidencia tienen las pistolas Pietro Beretta M9. 
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 Robo de armas (imagen ilustrativa) | Foto: Stock Photo 
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<h3>Muchas ofertas en el mercado clandestino</h3> 
Los compradores de esas armas en el mercado "negro" son casi en su totalidad personas que no poseen portación de legítimo usuario, pero en su mayoría son delincuentes o narcotraficantes que aprovechan la impunidad para utilizarlas con la numeración suprimida, más allá del "valor" que cobra en la jerga delictiva por haber sido robada a un policía. 
Hay asaltantes que deciden comprarlas para ir a cometer diferentes tipos de robo (salideras bancarias, "entraderas", "piratería del asfalto" o bajo la modalidad de "motochorros"). 
Sin embargo, un comisario que se desempeña en Drogas de la Policía Federal reveló a Noticias Argentinas que "los mayores compradores de estas pistolas son narcos que buscan armar a sus 'soldaditos', chicos de entre 12 y 17 años que se encargan de custodiar el 'búnker'". 
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 Robo de armas (imagen ilustrativa) | Foto: Stock Photo 
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"Los narcos no depositan todo el cargamento de droga en un solo lugar, sino que lo distribuyen en distintas casas de la zona y generalmente piden esa función a mujeres con hijos pequeños. De esa forma, cuando hay un allanamiento, la fuerza a cargo del mismo no se lleva la totalidad de la mercancía, sino apenas una parte. 
Así, el narco no pierde todo el cargamento", detalló.&nbsp;Es por eso que cuando se trata de desbaratar una banda se realizan múltiples allanamientos y así poder incautar la mayor cantidad de droga posible. 
La fuente consultada agregó que a las mujeres que les "guardan" la droga "les pagan 500 o 1.000 pesos por día, lo que genera que en semanas tenga en su poder una importante suma de dinero". 
"El narco controla que esas personas no se descontrolen y salgan a comprar de todo, porque eso levantaría sospechas y saben que si caen ellas, el narco también caerá preso tarde o temprano. 
Es por eso que esas mujeres no guardan plata en el banco ni hacen compras exorbitantes, porque de ser así levantarían muchísimas sospechas de los inbvestigadores y a la vez correría serio riesgo su vida a manos del narco", sostuvo la fuente consultada. 
"Es entonces cuando deciden invertir en personal y armamentos, por lo que convoca a 'soldaditos' para que la ayuden en el cuidado y traslado de la droga hacia donde decida el poderoso narco y compra una o dos pistolas por mes para proveer a su grupo", señaló el uniformado. 
Las distintas fuerzas locales y federales ya llevan gran cantidad de armas incautadas y la mayoría de ellas fueron robadas a los mismos efectivos policiales. 
Fuente: NA

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