De resurrecciones, grandes o pequeñas, resonantes y no tanto, se escribe la historia de los futbolistas. Hay que ver con la autoridad con la que se entrena y trabaja en Barcelona quien hace unos meses, a pesar de su extensa trayectoria con la selección, estuvo en duda para integrar la lista para Rusia 2018. Hoy, como tantas otras veces, se debate sobre quién es el indicado para ocupar la posición de volante central del seleccionado… Y más allá de los comentarios y las especulaciones, el nombre es el mismo de los últimos tres mundiales: Javier Alejandro Mascherano.
Proveniente de Renato Cesarini, fue reclutado en los tiempos de Hugo Tocalli en los juveniles para ser parte de una larga historia en los Sub15, Sub 17 y Sub 20. El 16 de julio de 2003, antes de jugar el Mundial juvenil de Emiratos Arabes, Marcelo Bielsa –impresionado por aquel sparring del Mundial de 2002- le dio a Javier Mascherano la gran oportunidad en mayores en un amistoso ante Uruguay (2-2, en La Plata), cuando aún no había debutado en la primera de River. ¿Qué paso en el Mundial siguiente? En Alemania 2006, uno de los anhelos de José Pekerman era contar con un N°5 de las características de Esteban Cambiasso, pero se convenció que tenía que llevar en la lista al ´Jefecito´ y unos días antes del debut con Costa de Marfil lo puso entre los titulares.
Si antes de Alemania 2006 su preocupación pasaba por ganarse un lugar en el equipo, en el camino traumático a Sudáfrica debía hacerle frente a la adversidad de las eliminatorias. A tal punto que Diego Maradona llegó a pensar en Fernando Gago y Mario Bolatti como sus N° 5. En el momento que la selección más lo necesitó, se cargó el peso de ser referente de un seleccionado convulsionado. "Sentí que lo necesitaba como capitán en mi selección (...) puede contagiar mucho de lo que brinda dentro de la cancha", decía Maradona en la previa del Mundial 2010, quien hasta expresaba que su equipo estaría integrado por "Mascherano y 10 más".
“Cuando dije que era un soldado dispuesto a morir no quise decir lo que todos entendieron. Pero toda la culpa fue mía porque no supe expresar realmente lo que siento. Siempre entendí el fútbol como un juego, con profesionalismo y compromiso, pero nunca lo asumí como una guerra. Lo que realmente quise decir es que soy un soldado que estoy a disposición para lo que la selección necesite. Para lo que sea. Si tengo cebar mate, lo hago y si tengo que limpiar, lo hago. Por la selección, todo”
Con la llegada de Alejandro Sabella, la selección tuvo una etapa de convivencia y refundación después de un Sergio Batista que superpobló la zona media de mediocentros (Mascherano, Gago, Banega y Biglia, entre otros). Antes del arranque del ciclo en Calcuta, Sabella llamó por teléfono a Mascherano y ambos fueron impulsores de darle la cinta de capitán a Lionel Messi. Más allá de su cupo asegurado para Brasil 2014, en la nómina también estuvieron Gago y Biglia. Por entonces se habló mucho de si llegaba a la altura de los acontecimientos con 30 años. Finalmente superó la barrera de los 100 partidos con la camiseta albiceleste en plena Copa del Mundo y fue uno de los emblemas del seleccionado finalista en suelo brasileño. La fiebre por Mascherano llegó a niveles inusitados en la Argentina, donde los ´Mascherano facts´ se robaron la escena en las redes sociales y su figura concentró la mirada de la escena pública.
Los sueños de Javier Mascherano vuelven a renovarse a días de cumplir 34 años (8 de junio). Como parte de un plantel con muchos polifuncionales, en el mediocampo es el único volante neto de corte. El actual entrenador de la selección, Jorge Sampaoli, siempre pensó en él como defensor central, pero las circunstancias lo llevaron a utilizarlo en el medio. El entrenador no quedó del todo conforme y, después de la goleada sufrida con España, se llegó a pensar que no estaría en la lista de Rusia 2018. Elegir el futbol chino para continuar su carrera también sembró más interrogantes. Allí se preparó especialmente para llegar de la mejor manera al Mundial (es uno de los tres futbolistas de mejor rendimiento físico según los últimos estudios del actual plantel argentino). El tiempo de las dudas quedó atrás y actualmente se perfila por delante de Biglia de cara a la que será su última Copa del Mundo.
¿Por qué Mascherano siempre termina por convencer a los entrenadores? Es que en los entrenamientos y en los partidos, el Jefe piensa como entrenador y ejecuta como futbolista. No es casualidad que Sampaoli haya vuelto sobre sus pasos y al pensar en Mascherano invoque palabras como “equilibrio” y “fundamento pasional”. Y al fin, después de muchos vaivenes e incertidumbre, el ex Barcelona vuelve a sentirse importante en la selección. “El líder de una manada de lobos” –como le dijo el alemán Bastian Schweinsteiger antes de la última final- salió a defender al técnico y a sus compañeros por la controversia del día libre. Es el primero a la hora de entrenarse y a ponerse a disposición de los colores celeste y blanco. Así se convirtió en el hombre que más vistió la camiseta del seleccionado, con 143 partidos. ¿Por qué? Sencillo: siempre juega.
En 2014, los Maschefacts fueron furor: