"Esperamos que no sea necesario llegar a este punto pero, si lo fuese, la respuesta sería clara y con mano dura a los que realicen disturbios en las calles o en las canchas", aseguró el máximo mandatario del fútbol mundial durante una entrevista con el medio alemán "Die Welt", sobre la presencia de los barras bravas o hooligans.
Rusia de por sí ya tiene varias complicaciones con las hinchadas de los equipos locales, que han tenido comportamientos violentos en diferentes partidos de la liga local, como así también en torneos de UEFA, que le ha costado varias sanciones. Con el Mundial por delante, la posibilidad de un negocio o de atacar a hinchas de otros países es algo que preocupa a la FIFA.
"Todo ha sido preparado de forma minuciosa. Hubo una colaboración estrecha y discreta con las autoridades de todos los países", sentenció Infantino, respecto al trabajo que se ha llevado adelante con el presidente Vladimir Putin, así como también con las fuerzas de seguridad a nivel nacional y locales.
A cinco días de que ruede la pelota en el estadio Luzhniki de Moscú, el mandatario ruso le dio la bienvenida a todos los hinchas del mundo con un cálido mensaje en un video. "Hicimos todo lo posible para que nuestros huéspedes, jugadores, expertos y, por supuesto, fanáticos, se sientan como en casa en Rusia", afirmó.
Este será el primer mundial bajo el mando de Gianni Infantino, luego de que hace cuatro años se destaparan las graves denuncias y detenciones en suelo brasilero, mientras se llevaba adelante el Mundial en dicho país, donde se detuvieron a decenas de dirigentes por delitos de corrupción.
Con una gran imagen por la transparencia, sumado a la presencia por primera vez del VAR (Árbitro Asistente de Video), la violencia es la gran preocupación de las autoridades y el comité organizador, que buscará ser reducida cuanto antes y de la manera que sientan que es la correcta.