RonDamon presentó "Flores de invierno", el tercer adelanto de su álbum que según confió a este medio se va a llamar "Ya llegó el platillo volador", en honor a la icónica frase con la que el Chavo y Quico le avisan a Don Ramón que Don Barriga aterrizó en la vecindad para cobrarle la renta. Antes lanzaron “Uno atrás del otro”, junto a Los Pericos, e “Ida y vuelta a Mictlán” con Manu Martínez.

Sin invitados esta vez, “Flores de invierno” es directa, luminosa y emocional. Mingo cuenta que está muy "conectada con la playa" marplatense que ellos habitan. “Se llama Flores de invierno y sale en verano. Esto no es casualidad porque habla justamente de esa espera entre las estaciones", asegura. "El invierno en Mar del Plata es mucho más largo, hace frío y es difícil", añade, pero como todo, resistiendo, lo "malo" pasa. 

El reggae aparece como refugio y con una energía vital, casi playera, que lejos de negar el cansancio, lo transforma. “Venimos de un tema mucho más melancólico como ‘Ida y vuelta a Mictlán’ -una canción atravesada por la mitología mexicana, la memoria y los vínculos familiares- y ahora volvimos a un reggae más alegrón, más parecido a lo que hacíamos hace unos años”, explica Mingo.  

Ese juego de contrastes atraviesa todo el disco que viene. “Flores de invierno”, “Uno atrás del otro” junto a Los Pericos, e “Ida y vuelta a Mictlán” junto a Manu Martínez, son tres canciones muy distintas entre sí, pero unidas por una misma lógica: no encasillarse. “El nuevo disco va a ser el más variado que hicimos”, adelantan. Habrá reggae, rock, climas stone e incluso un tema folk con aires a Dylan.

La relación con El Chavo del 8

La conexión con México no es casual ni estética, ya es parte del ADN de RonDamon. Desde Don Ramón -por quien llevan su nombre- hasta Mictlán, pasando por las giras y la recepción del público mexicano, la banda construyó un puente cultural que se siente natural. “En 2023 fuimos a México de gira y tuvimos la oportunidad de ir a los estudios, o la reconstrucción de un simil estudio, del Chavo. Fue una locura. Después nos llamó mucho la atención como nos recibió la gente, cantaban las canciones enteras, incluso las nuevas. Nos mirábamos entre nosotros y no lo podíamos creer”, recuerdan.

La banda se iba a llamar Don Ramón, pero tuvieron problemas porque ya había una banda que se llamaba de esa manera, entonces decidieron ponerle RonDamon, que es como el Chavo le decía a su vecino. 

Don Ramón, ese personaje que trabajó de todo sin saber hacer nada, que esquivaba la renta, que era padre soltero y símbolo de la clase trabajadora latinoamericana, sigue funcionando como faro. “La vecindad parece una pavada, pero es un resumen de la sociedad”, reflexiona Mingo. Y en ese espejo, RonDamon encuentra una identidad: canciones que no caretean, que mezclan géneros y que se permiten hablar de lo que duele sin perder el humor ni la esperanza.

"Ya llegó el platillo volador" todavía no tiene fecha de salida, pero mientras el mundo aprieta, RonDamon sigue encontrando la forma de escaparse por la ventana, guitarra en mano, y convertir la resistencia en canción.