En medio de la creciente tensión entre Washington y Caracas, Estados Unidos interceptó y confiscó este sábado un buque petrolero frente a las costas de Venezuela, previamente identificado como sujeto a sanciones internacionales. La medida se produce pocos días después de que el presidente Donald Trump anunciara un bloqueo total sobre todos los petroleros sancionados que ingresan y salen del país caribeño, profundizando el conflicto diplomático y económico.

Según informó la agencia Reuters, el operativo fue encabezado por la Guardia Costera estadounidense, que abordó la embarcación en aguas cercanas a Venezuela y procedió a su incautación siguiendo los protocolos habituales. Se trata de la segunda nave confiscada en las últimas semanas, en el marco del endurecimiento de las acciones contra el régimen venezolano. Hasta el momento, no trascendieron datos oficiales sobre la identidad del buque ni sobre la situación de su tripulación.

Desde Washington explicaron que la operación forma parte de los “esfuerzos continuos” de Estados Unidos para hacer cumplir las sanciones internacionales impuestas a entidades y embarcaciones vinculadas al gobierno de Nicolás Maduro. Tras la primera incautación, las exportaciones de crudo venezolano registraron una caída abrupta, afectando seriamente una de las principales fuentes de ingresos del país.

Si bien muchos de los buques que transportan petróleo venezolano están alcanzados por sanciones, otros que trasladan crudo desde Irán y Rusia no fueron incluidos en las restricciones. Además, algunas compañías —entre ellas la estadounidense Chevron— continúan operando con autorizaciones especiales para transportar petróleo venezolano en sus propias embarcaciones, lo que introduce excepciones dentro del esquema de bloqueo.

El propio Trump confirmó esta semana, a través de la red social Truth, que la Armada estadounidense activó el bloqueo total del ingreso y egreso de petroleros en Venezuela. En un mensaje de tono duro, acusó al gobierno de Maduro de financiarse mediante actividades ilegales como el narcotráfico y la trata de personas, y calificó al régimen venezolano como una “organización terrorista extranjera”. 

Mientras tanto, desde la región, el presidente brasileño Lula da Silva advirtió que una posible intervención militar en Venezuela podría derivar en una catástrofe humanitaria, sumando nuevas voces de alerta al escenario regional.