- ¡Sonría!

A pesar de la aparente amorosa señal, Seong Gi-hun no sonríe. Sabe que de amorosa no tiene nada, claro. Aunque su chaqueta lleve la misma etiqueta, “jugador 456”, no es el mismo que ingresó en la primera edición de la competencia, donde vio morir a sus amigos, donde su vida estuvo en manos del azar, donde se despidió de su inocencia para siempre. Él viene a jugar, pero esta vez, con la intuición lúdica bien activa y con los puños llenos de estrategias.

Con el premio que recibió, Gi‑hun financia su investigación y comienza por lo más obvio: buscar a un hombre con traje elegante que juega ddakji en el metro. Pero cuando sus esfuerzos por fin dan resultados, el camino para acabar con la organización resulta ser más mortal de lo que imaginaba... para ponerle punto final al juego, tendrá que volver a ingresar.

Netflix estrenó la segunda temporada de “El juego del calamar”, la exitosa y premiada serie surcoreana. Cuando decimos ‘exitosa’, nos referimos a la serie de no habla inglesa más vista de toda la historia de la plataforma, seguida de “La casa de papel” y “Lupin”. Cuando decimos ‘premiada’, nos referimos a los numerosos reconocimientos que tuvo en los premios Emmy, y a su nominación en los Golden Globes que se celebrarán en enero de 2025.

Creada, escrita y dirigida por Hwang Dong-hyeok, completan el elenco Wi Ha-joon, Lee Seo-hwan, Lee Byung-hun,  Gong Yoo; esta temporada suma figuras como Jo Yu-ri, Yim Si-wan, Kang Ae-sim y Yang Dong-geun. Desde Filo.news dialogamos con el creador y los protagonistas de la historia, para conocer el detrás de escena y reflexionar sobre el mensaje social y político que transmite a través de los juegos.

Así comenzó todo

456 jugadores se enfrentan entre sí. Cada uno vale 100 millones de wones coreanos; el total acumulado para el ganador será entonces de 45.600 millones de wones. “Estamos aquí para darles una oportunidad”, definen los misteriosos uniformados de rojo y enmascarados, con armas bajo el brazo. Frente a la ilusión de los deudores, las reglas: nadie puede dejar de jugar, y si alguien se niega, será eliminado; y el juego puede terminar si la mayoría lo acepta.

Eliminar: matar. Alguien gana si alguien muere.

“En 2008, 2009 yo estaba bajo mucho estrés financiero, tenía deudas, no estaba ganando dinero. Entonces me puse a pensar, ¿qué pasaría si hubiera un juego en el que sea bueno, que podría ganar y llevarme un gran premio en efectivo? Si hubiera algo así, me encantaría ser un participante. Todo empezó con esa idea y la convertí en una serie”, recordó el creador, Hwang Dong-hyuk, en una entrevista exclusiva con Filo.news.

Mientras muchos sufren, unos pocos se divierten: “El juego del calamar” evidencia la desigualdad social y la brecha económica que crece año tras año, no solo en Corea del Sur. A través de la ingenuidad de los juegos infantiles y del anhelo por “ganar”, la serie pone en cuestión la integridad, el compañerismo, la empatía, la humanidad que se diluye en la voraz crueldad en la que estamos inmersos.

“Creo que la sociedad capitalista está perdiendo el rumbo, y se está volviendo cada vez más injusta. Creé la serie como una alegoría a la realidad actual en la que vivimos. No quise dar ninguna respuesta o camino”, reflexionó el creador. De hecho, eso fue lo que cautivó a la actriz Kang Ae-shim (Jang Geum-ja) a participar del proyecto: “Cuando vi los capítulos de la primera temporada, recuerdo que eran tan violentos que al principio no quise seguir viéndolos… pero cuanto más me adentraba en la historia, más me daba cuenta de lo que se trataba”, contó.

“Creo que ‘El juego del calamar’ invita a pensar que aunque la gente tenga opiniones diferentes, pueden ser amigos, familia, amantes. Hay gente con tantas historias diferentes, tantas razones diferentes, pero creo que la sociedad se aísla en todo ‘O’ o ‘X’, está bien o está mal”, opinó Lee Seo-hwan (Jung-Bae) y sumó: “Espero que la serie ayude a mostrar esto que está ocurriendo y que no debería estar ocurriendo”.

“La serie es una alegoría a la realidad actual en la que vivimos” - Hwang Dong-hyuk, creador y director.

La segunda temporada innova no sólo con los juegos sino también con las reglas: después de cada prueba, los jugadores pueden elegir si quieren continuar o no en la competencia; como siempre, se respeta lo que elija la mayoría. “Creo que la situación social actual de Corea del Sur paradójicamente nos muestra cuán importante es la votación”, analiza Hwang Dong-hyuk, con respecto a la crisis política que atraviesa el país asiático tras la decisión parlamentaria de destituir al presidente Yoon Suk Yeol.

“En cierto modo, creo que el momento del estreno no podría ser mejor -agregó el creador y sumó- ya que nos permitirá comparar el sistema de votación dentro y fuera de la serie, y creo que nos dará la oportunidad de una vez más, tal vez reflexionar sobre nuestra sociedad actual y el mundo tal como lo conocemos”.

¿Jugamos un juego?

'Jugaremos, muévete luz verde’; esa canción -aunque originalmente significa “la flor nacional de Corea del Sur floreció”-, se volvió tendencia en eventos, videos, redes sociales. Miles de niños y niñas en todo el mundo imitando a la famosa muñeca, recreando los juegos y usando los disfraces tan icónicos. Ese impacto cultural también cambió la vida de los propios protagonistas.

“Fue el proyecto que me dio a conocer con la audiencia global”, reconoció Lee Jung-jae -a quien vimos este año en The Acolyte- y agregó: “Fue una muy buena oportunidad para mí y estoy muy feliz de estar de vuelta con ustedes. Sé que la primera temporada gustó a mucha gente en todo el mundo y por eso sabíamos que teníamos que crear una segunda. Es nuestra forma de devolverles el cariño. Así que estoy muy contento de volver”.

Lee Byung-hun también retoma su papel de enmascarado y misterioso líder. “El director y yo trabajamos en su película ‘La Fortaleza’. Él me pidió que hiciera un cameo en la serie, y por eso me subí a bordo del proyecto. Ahora se me dio la oportunidad de contar mi propia historia en la nueva temporada”, detalló el actor surcoreano.

Pero también vamos a ver caras nuevas, por supuesto. “Yo era un gran fan de la primera temporada. Disfruté mucho viendo toda la serie, así que cuando recibí la primera oferta no dudé ni un segundo. Decidí hacerlo de inmediato”, recordó Yim Si-wan (Lee Myung-gi), quien además de actor es cantante de k-pop; en eso coincide con Jo Yu-ri (Kim Jun-hee), quien destacó el guion y el agradecimiento por poder sumarse a la historia.

“El show estuvo muy bien planeado y ejecutado”, afirmó Yim Si-wan en diálogo con Filo.news y sumó: “Jugué casi todos esos juegos que están en la serie, me divertí mucho cuando era una niña”. La elección de los juegos, según reconoció el director para The Korea Times, tenía ese objetivo: que sean clásicos, sencillos, y que tengan potencial para que “sean atractivos en todo el mundo”.

“Me divertí mucho con todos los juegos, que los jugaba cuando era niña” -Yim Si-wan.

“Yo elegiría el juego de saltar la cuerda, creo que puedo sobrevivir a ese juego. Si llego a hacerlo”, sostuvo Yim Si-wan, mientras que Jo Yu-ri añadió: “Elegiría el juego del tira y afloja de la primera temporada, porque de niña me gustaba mucho”.

Para Lee Jung-jae, sin dudas el que más se destaca es “luz roja, luz verde”, “porque es muy impresionante, y es algo simbólico, porque es el primer juego”. Lee Seo-hwan, en cambio, eligió Dalgona entre risas “porque incluso si fracasas, comiste dulces, así que vas a ser un fantasma feliz”.

“El Juego del Calamar” ya está disponible para ver en Netflix, ideal para maratonear en pleno diciembre o para disfrutar en las vacaciones; como dijo el elenco: “Este es un regalo para ustedes”.