La nueva temporada de Bellas Artes, protagonizada por Oscar Martínez ya se encuentra disponible en la plataforma de Disney+. 

Estos nuevos 6 episodios que componen la segunda entrega que se desprende del universo cinematográfico de Gastón Duprat y Mariano Cohn, redobla la apuesta con escenarios desafiantes y su característico humor de comedia negra. 

Desde Filo.news charlamos con Oscar Martínez sobre su particular personaje, su trayectoria y las caracterizaciones que quedaron en el inconsciente del público. 

En Bellas Artes, Martínez se pone en la piel de Antonio Dumas, director del Museo Iberoamericano de Arte Moderno, que liderará con los  excéntricos artistas, el público, las redes sociales, los políticos y los sindicatos, dejando en claro sus habilidades para resolver situaciones imposibles. 

Sin embargo en una conversación con él nos reveló que se no es un aficionado a las obras de arte, y que no comulga mucho con las obras contemporáneas: "No soy para nada aficionado a las artes plásticas. Por supuesto no soy insensible a las obras, pero lejos estoy de ser un especialista, o un erudito, ni ni nada que se le parezca. Soy un espectador común de las obras plásticas. Esa es la verdad", comenzó contándonos. 

Y aclaró: "En especial con el arte contemporáneo con el que no comulgo y no me llevo nada bien", resaltó diferenciándose de su personaje Antonio Dumas. 

En sus últimos trabajos Martínez eligió papeles en los que se destacó como su episodio en Relatos Salvajes, El ciudadano Ilustre, Competencia Oficial y ahora, Bellas Artes y reconoce que todos ellos se unifican con características especiales, y sobre esto nos explicó. 

-"Sí, suelen ser mordaces, corrosivos. Eso tiene que ver con el universo de Gastón, de Mariano y de Andrés, básicamente. Yo antes de hacer las dos temporadas que las hicimos seguidas de Bellas Artes. Hice una serie que está en flow, que se llamó Galgos donde no, hay nada de todo esto, digamos", aclaró. 

Al tiempo que diferenció: "Pero claro que esto tiene que ver con con el universo de ellos, que si te fijas, no solamente en esas tres obras que mencionaste (Ciudadano ilustre, Competencia Oficial y Bellas Artes)  sino en las que yo no he participado.También hay un parentesco con este humor", y ejemplificó: "El artista", "El hombre de al lado", "Nada", "El Encargado",. En fin, en general, todo lo que lo que ellos han venido haciendo ¿no?", mencionó. 

Y agregó: "Y  yo comulgo mucho con ellos. En ese sentido. Tenemos un entendimiento, somos primos hermanos, esa es la verdad. Por eso creo yo que me dan esta clase de de personajes, aunque como te digo, forma parte de lo que son todos sus personajes que son parientes entre sí, más cercanos, más lejanos. Como decía Sábato, que aseguraba, que todos los los personajes de un novelista, un escritor, eran parientes, independientemente de que sus historias fuera totalmente distintas", subrayó. 

Sin embargo sobre Bellas Artes, Oscar reconoció que cuando recibió la propuesta le hizo ruido: "Yo pensé que iba a ser una serie para un coto de caza, es decir, para un público específico, que ya de por sí que se llamara Bellas Artes y que transcurriera en un museo me me parecía pianta votos", reveló. 

"Pensé que la gente iba a decir: `Uy, qué aburrido debe ser esto no lo quiero ver ? Y me sorprendió la buena repercusión que tuvo. ¿Y otra cosa que me sorprendió es que yo pensé que al personaje lo iban a detestar. Porque la verdad que tiene aristas que son francamente desagradables, ¿no?,  no es nada empático, más bien todo lo contrario. Y sin embargo lo aman", expresó sorprendido. 

Del Ciudadano Ilustre al Museo: Por qué sus personajes son amados por el público

Sobre este tema, Martínez reflexionó acerca de la aceptación de la gente con este tipo de personajes "antipáticos" que gustan: "Yo creo que gusta precisamente por eso. Pero quiero decir, hay algo que tienen ellos que yo asocio con otras cosas de ellos que hice que hace que finalmente esos personajes terminen siendo catárticos. Es decir, bueno, la gente está esperando que alguien hable ¿no?  de estos excesos que se que se llevaron a cabo en nombre de la corrección política, que indudablemente el origen es de una justicia incuestionable. Pero después está la mano humana ¿no? Y se han cometido excesos enormes, y se siguen cometiendo y se pone todo en la misma bolsa", remarcó en su crítica social. 

"Y hay mucha gente que dice: ¡`Por fin alguien que dice esto!`. Y en cuanto al personaje, lo mismo me pasó con el Ciudadano Ilustre. Es un tipo que es capaz de llevar a cabo comportamientos que van en contra de las convenciones sociales que a uno le gustaría poder llevar a cabo, pero que uno no lo hace porque no se anima a pagar los costos que eso significa", puntualizó. 
 

"Porque no le importa en muchos casos el costo que tiene que pagar. Sí. Entonces, de esta coherencia consigo mismo, que no es, no es fácil en términos sociales. Esa coherencia hace que la gente. ¿Porque yo digo por qué? Por qué van a querer un tipo que es antipático, ermitaño, eh, agresivo por momentos, que se lleva eh muy mal con con su hijo que no, al punto en el que no hace el menor esfuerzo para no tener la menor culpa con su nieto. ¿Lo que le cuesta estar con ese niño y que por qué aún así lo quieren? ¿A este tipo lo amo, me dicen también en Instagram. Y yo pienso ¿Por qué? Bueno, porque a lo mejor lleva a cabo, como te dije, acciones que muchos querríamos llevar a cabo y no nos animamos", completó. 

- ¿Qué otros personajes recordás de tu carrera? ¿Qué sentís que quedaron en el inconsciente del público argentino?

"Es difícil eso, pero el de la tregua, porque todavía se me habla de eso. Y estamos hablando de hace 50 años. El de Relatos Salvajes también, donde hay incluso fragmentos de esa situación, de esa secuencia que se han viralizado. Otro que me recuerdan mucho es el de Nueve Lunas", resaltó. 

Y se adentro en la disruptiva serie de televisión que protagonizó junto a Cecilia Roth donde componían a un Obstetra y una ginecologa: "Sí, en todo sentido fue disruptivo, porque fue el primer programa mixto, que se rodaba en estudio con tres cámaras y en exteriores. Donde hasta ese momento todo lo que era los exteriores, las locaciones eran filmadas con una sola cámara para montar después, o sea, como se trabaja hoy día con la técnica cinematográfica".

Además Oscar nos contó cómo se graban las disparatadas escenas que proponen Cohn y Duprat sin tentarse: "Se graban a cara de perro", dijo sin vueltas y amplió: "Tratamos de no tentarnos. Porque en general es un humor diferente. Es el humor que a mí me gusta, que no es el de el, de hacerse el gracioso, digamos".

"Uno se ríe de lo que los personajes padecen, ¿no? Es un poco el humor de Woody Allen  de la buena comedia americana de con un perfil muy muy argentino. Yo me acuerdo de cuando leí el guión de Ciudadano ilustre, les dije es una metáfora de la Argentina", recordó. 

Competencia Oficial y el arte de no tentarse

Sin embargo hizo un punto sobre Competencia Oficial, donde recuerda fue difícil no "tentarse", y mencionó una particular escena:  "Pero bueno, no te voy, no te voy a mentir,  en Competencia Oficial con Antonio (Banderas)  y con Penélope (Cruz)  hacíamos cosas muy serias y digo había que cortar porque o se tentaba uno o se tentaba otro y ahí el stop lo teníamos que poner entre los tres", aclaró. 

"Por ejemplo, en esa primera secuencia en la que Penélope nos dirige entre comillas y a mí me interrumpe cada dos segundos o dos palabras. Ahí se tentaba Penélope". 

Mientras que recordó otra de las escenas del film: "Y después la escena de los insultos con Antonio que había que hacerlo a cara de perro. Estábamos uno frente al otro. Primero se hacían los planos de él, después los míos o viceversa y recuerdo que fue muy difícil porque había mucho ad libitum (una expresión latina que se usa para decir `como gusten`) ahí. Ellos habían escrito una sarta de improperios, digamos, pero uno podía elegir y podía agregar. De golpe salía algo muy, muy gracioso. Y el otro si estaba en plano. Era muy difícil no reírse", comentó. 
 

Por último ya volviendo a su personaje de Antonio Dumas hablamos de su habilidad para resolver situaciones imposibles y sobre esto nos adentró: "Es un personaje al que las relaciones personales le cuestan mucho, lo vemos con su hijo y con su nieto. En cambio, como buen gestor cultural de un establecimiento oficial, como suelen ser la mayoría de estos establecimientos en el mundo entero, si es un político que de golpe tiene que estar al servicio de un gobierno con el que no solo no comulga sino que con el que está en las antípodas negocia, pero para conservar su su lugar de trabajo".

"Y se queda. Yo no renuncio. ¡No, no! ¿Eh? ¿Y esto? Bueno, yo lo he visto. Hay casos ilustres de de gestores culturales que estuvieron con la dictadura, con Alfonsín, con el menemismo, con el kirchnerismo y que pueden estar ahora y podrán estar dentro de diez años si siguen vivos con con otros gobiernos, ¿no? En ese sentido, claro, es un ghetto al punto que hasta puede llegar, hasta puede llegar a ser hipócritas", puntualizó y resaltó: "Y eso es lo que tiene Antonio Dumas, habilidad política".

Para cerrar le consultamos por su método de transporte, y la utilización del monopatín eléctrico del cual nos spoileó: "No lo usé, y vos sabés que la producción tuvo la gentileza de regálarmenlo, cuando terminamos de grabar", adelantó. 

"Me decían a diario: `Oscar, acordate que tenemos que probar`Había días que lo llevaban al rodaje. Lo hice el último día y no hubo ningún problema. Honestamente a mí me parecía que no era tan complicado, y la verdad que no lo es. El problema que tienen razón por la cual en Cataluña ya se prohibieron, en París se prohibieron y aquí hoy en Madrid no los ves por la calle es que son peligrosos. Así que Marina cuando me lo obsequiaron me dijo: `de ninguna manera`y se lo terminé regalando a mi asistente", concluyó.