Andrés Ojeda se define como “lo nuevo” de la política uruguaya. Protagonista de un impensado ascenso en el camino hacia la presidencia, este abogado de 40 años, que se erigió como el candidato a presidente del Partido Colorado tras imponerse en internas, afirma encarnar “la única opción de renovación de la política” en su país. “Todo lo demás es política tradicional”, dice, aunque, aclara, “no en forma despectiva”, sobre sus rivales.

“Yo veo que los demás apelan a su experiencia en el cargo de gobierno y nosotros apelamos a la renovación y a un concepto más de futuro, entendiendo que somos la opción de futuro que tiene que dejar atrás el pasado”, asegura durante una entrevista con Filo.news.

Unos 2.7 millones de ciudadanos están habilitados para votar este domingo en la primera vuelta de las elecciones presidenciales de Uruguay. El candidato del Frente Amplio, Yamandú Orsi, lidera todas las encuestas. Pero, siempre según estos sondeos, no le alcanza para eludir el balotaje. Ahí es donde entra en juego la estrategia de Ojeda.

“La gente subestima lo que significa ganar una elección con sorpresa. Por eso lo que digo es que si nosotros pasamos de fase ahora hacia balotaje, con sorpresa, nos deja de mano contra el Frente Amplio. Y mucho mejor que una elección quizá más anunciada con el candidato del Partido Nacional -Álvaro Delgado-, que es un amigo y un socio. Pero creo que nosotros tenemos hoy mejores condiciones de arranque para ir a disputar ese balotaje”, afirma.

Un quiebre entre “lo nuevo y lo viejo”

Para Ojeda, la discusión entre la política tradicional y la renovación trasciende a las ideologías. “Enfrentamos a lo nuevo con lo viejo y al futuro con el pasado”, explica. Y agrega que este fenómeno no se limita a su país, sino que se extiende en América Latina: “Si vos me decís a mí: ¿Qué tienen en común los nuevos presidentes de la región? Justamente el quiebre con la vieja política y un claro aggiornamento de los tiempos que corren, entendieron el cambio de época: [Daniel] Noboa (Ecuador); Santiago Peña (Paraguay); [Gabriel] Boric (Chile); [Nayib] Bukele (El Salvador); [Javier] Milei (Argentina); Luis Lacalle Pou (Uruguay); todos ellos son políticos y son presidentes exponentes de nueva política”.

“Evidentemente hay un quiebre con lo de siempre, porque el cambio de época es muy grande y los manuales tradicionales de campaña, quedaron viejos. A la política tradicional le llegó su Uber y el que no lo entienda va a quedar atrás”, sintetiza.

La experiencia de Milei y el vínculo con Argentina y el Mercosur

Ojeda no rechaza la comparación con el presidente Javier Milei. Es que al igual que el líder libertario, posee una corta trayectoria política. Sólo fue edil de Montevideo entre 2010 y 2015, y se lanzó a la presidencia desde el llano. Por eso, se toma de la experiencia de quien a partir de marzo podría ser su par para alimentar sus expectativas: “En algún momento todos decían que era imposible que ganara Javier Milei. Ganó las PASO con toda sorpresa y seguían diciendo que era imposible que ganara”.

En el marco de un vínculo que apuesta a profundizar, el candidato presidencial marca las diferencias entre Milei y su antecesor, Alberto Fernández, respecto de Uruguay.

“Alberto Fernández llamó a China para bloquear un acuerdo. Osea, acá habría que declararlo persona non grata porque alguien que hace eso no es ni amigo ni hermano, es enemigo. En ese sentido, creo que corresponde valorar que Javier Milei ha sido mucho más pragmático y positivo en las cosas importantes que hacen al vínculo”, dice, y recalca: “Lo de Javier Milei es una ventana de oportunidad para Uruguay, para hacer cosas que le sirvan, donde nos podamos retroalimentar”.

De todos modos, Ojeda no limita el vínculo a afinidades ideológicas. Por caso, califica al Brasil que conduce el presidente Lula da Silva como “un país serio” y “pragmático” a la hora de abordar sus intereses.

“Uruguay no puede darse el lujo de pelearse con nadie. Tiene que ser amigo de todos porque es la única forma de lograr la apertura al mundo que necesita”, remarca.

La salud mental como eje de campaña

Bajo la premisa de renovar la política, Ojeda planteó la salud mental como eje de su campaña. En esa línea, afirma que la política “aborda este tema desde una óptica quizás exclusiva de adicciones o de suicidio”. “Yo creo que ese es el final de la película -expuso-. Tenemos que entrar antes, poner a la salud mental como una herramienta genérica para la vida. No es ‘está a punto de suicidarse, busquemos un psicólogo o un psiquiatra; es un adicto, vamos a ver cómo lo sacamos’. Capaz que si lo armamos bien, nunca llega a ser un adicto, porque en el fondo el adicto es el final de la película. El suicidio es el final de la película. Y lo mismo con el homicidio, con el abuso. Son todas cuestiones que vienen atadas a un proceso de patologías en salud mental que quizás la gente no tiene herramientas para enfrentar”, desarrolla.

Para enfrentar esta problemática, Ojeda propone universalizar el acceso a la terapia de psicólogos y psiquiatras y desarrollar una fuerte campaña de concientización. ¿Qué es y cómo funciona la terapia? ¿Qué es la depresión y cuáles son sus síntomas? son algunos de los ejes.

“Queremos crear 25 centros de salud mental para que la gente pueda acceder”, propone. “Es un tema que la gente tiene presente, porque todos tenemos, en carne propia o algún caso cercano, que haya pasado por una situación complicada”, añade.

Siempre en torno al concepto de renovación, Ojeda afirma que la palabra del siglo XXI es “empatía”.

“Hoy hace falta una mirada de nueva política, porque creo que nunca fue en la política la palabra principal, y creo que es hoy la palabra que nos debería gobernar”, concluye.