En plena contraofensiva en Crimea, territorio controlado por el ejército ruso, la viceprimera ministra ucraniana, Iryna Vereshchuk, le pidió a los ciudadanos ucranianos que abandonen la zona.

Tras el reciente ataque contra el Cuartel General del Estado Mayor de la Flota rusa del mar Negro, Kirilo Budanov -responsable de los servicios de inteligencia ucranianos- aseguró que nueve miembros de la Flota perdieron la vida y 16 resultaron heridos -dos de ellos generales-.

"Pido a los ucranianos que abandonen Crimea si es posible. Por favor, esperen la desocupación de la península en el territorio controlado o en terceros países", advirtió Vereshchuk posteriormente, generando una incógnita sobre un próximo operativo a gran escala por parte de las milicias ucranianas.

Asimismo, desde el ejército ucraniano señalaron que lograron quebrar las primeras líneas de las defensas rusas en el frente sur, y detallaron que el bombardeo contra el Cuartel General fue planeado con anticipación, atacando en el momento exacto en que se desarrollaba una reunión de altos rangos de la Marina.

Por su parte, Ígor Konashénkov -portavoz del Ministerio de Defensa ruso- cuestionó el avance ucraniano y sostuvo que las milicias rusas efectuaron un golpe en la retaguardia ucraniana en el frente sur. "Como resultado de los ataques hemos causado un considerable daño al sistema de abastecimiento de la agrupación de tropas del Ejército ucranio en Jersón y Zaporiyia", indicó.

Sin embargo, el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, reveló que el gobierno ruso está dispuesto a negociar con Ucrania, aunque con sus condiciones. "Putin ha dicho claramente que estamos listos para negociar. Pero no consideraremos ninguna propuesta sobre un alto el fuego porque ya lo hicimos una vez y se nos engañó", explicó en conferencia de prensa en la Asamblea General de la ONU.