Ariel Paniagua, el árbitro que fue agredido en un partido de Avellaneda y cuyo atacante se suicidó, volverá a dirigir un partido de fútbol amateur tras 19 días en los que pensó que se había quedado cuadripléjico.

"No puedo permitir que esto que me pasó termine con algo que me apasiona como es dirigir", expresó el referí que sufrió el golpe de Williams Alexander Tapón por el que quedó inconsciente.

"Claro que estuve preocupado, con algo de temor, pero tuve mucho cuidado, estuve más atento que nunca", señaló y agregó: "Es que la patada que me dio tranquilamente me pudo haber matado, o dejarme de por vida en una silla de ruedas. Debo reconocer que tuve un Dios aparte y estoy mejor, estoy saliendo".

En este marco, confesó que mantiene "algunas molestias en la cabeza", y explicó: "Tuve ayuda médica, psicológica y, sobre todo, la banca incondicional de mis cuatro hijos. Literal yo estaba deprimido, en la cama y así estuve varios días", según difundió NA.

Acerca de aquel sábado 15 de julio, destacó que se conocían y se sorprendió por la agresión de Tapón: "Nunca le falté el respeto, hay testigos. Pero el flaco se zarpó y primero lo advertí, la próxima lo expulsaba. Y así fue. Cuando le saqué la segunda amarilla el ambiente se caldeó... Yo lo miraba a él, que me empujaba y puteaba fuera de sí, pero desde atrás apareció este chico Williams que me trompeó y luego, estando yo en el piso, me pateó la nuca y chau no me acuerdo más nada...", recordó.

Por último, concluyó: "Francamente lo de este muchacho me desestabilizó, me sacudió como nunca nada antes. No esperaba que pasara algo así y al principio, entre shockeado y confundido, me sentía no sé si culpable pero sí algo responsable, pero por suerte, gracias a la psicóloga que me está tratando comprendí que yo no tuve nada que ver".