Las pantallas de los cines se tiñen de rosa con el estreno de “Barbie”, el film dirigido por Greta Gerwig (“Lady Bird”) y protagonizado por Margot Robbie y Ryan Gosling. Acompañada del nuevo lanzamiento de Christopher Nolan, “Oppenheimer”, y el tanque de acción “Misión imposible 7” con Tom Cruise, la histórica muñeca se impone en las taquillas, en las redes y en nuestros outfits.

Para Nicole y Lara, coleccionistas argentinas, esa devoción a la muñeca no se limita a un mes, a una película o a la agenda. ¿En qué momento el juguete masivo se convirtió para ellas en una compañera de vida? Si Barbie es una figura que trascendió generaciones todos estos años, ¿qué significa para ellas? ¿Por qué su llegada al cine marca un antes y un después?

Filo.news dialogó con ellas para conocer un poco de su historia.

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Lara hoy tiene 32 años y es profesora de artes visuales con especialidad en pintura y grabado. Cual tesoros, guardó sus primeras Barbies en sus cajas originales. “Entre otras aun conservo intacta la Barbie Sparkle Beach”, recordó en diálogo con este medio y siguió: “Cuando me independicé me he regalado distintas Barbies, Blythes, Bjds, Hasta tener mi pequeña colección”.

Según confiesa, nunca fue su intención coleccionarlas: “Mis favoritas en lo afectivo son las primeras que me regalaron mis padres, aunque debo reconocer que las que más me gustan son las de la colección de Holidays, ‘colección de navidad’, con sus vestidos de fiestas y sus cajas de diseño”, comentó sobre sus elegidas.

La que desea conseguir es la Barbie Bob Mackie Circus, “hace un tiempo la estoy rastreando”, asegura. Para ella, se trata de un hobby que vive con pasión, y que comparte con otros coleccionistas: “Conozco a varios, incluso tuve encuentros virtuales”.

Para Nicole, el amor por Barbie se remonta a su infancia, concretamente a los 5 o 6 años. “Mi mamá nos llevó a un shopping y me compró mi primera y única Barbie que tuve en la niñez, porque eran muy caras… me acuerdo que salió 80 pesos, rondaban los años 2000 por ahí”, recordó a este medio.

Cuando tenía 24, mientras estudiaba para la carrera de psicopedagogía, se cruzó con un video de Youtube de un video de México que coleccionaba y restauraba muñecas de segunda mano. En ese canal se reencontró con su interés y curiosidad por las Barbies: “Quedé fascinada y dije ‘cómo me gustaría poder hacer lo mismo’, pero no tenía mucho tiempo”.

Hoy, a sus 28 años, trabaja como acompañante terapéutica en un jardín de infantes. Casualidad o destino, un día se encontró con una bolsa de juguetes que habían tirado en una casa, y la llevó para trabajar con los niños: “Entre esos juguetes encontré una Barbie en muy mal estado y dije ‘bueno, si puedo restaurar esta muñeca y me queda bien, empiezo a coleccionar’. Le cambié todo el pelo y quedó como nueva”.

Así recuerda el inicio de su pasión por la colección de Barbies. Hoy tiene alrededor de  muñecas: “Cada una guarda una historia particular. En algunas ocasiones puedo saber a quienes pertenecieron esas muñecas, y darles una segunda oportunidad me hace muy feliz”. De hecho, esa palabra es la que elige para definir a las Barbies: “Para mí son sinónimo de felicidad porque me remite mucho a mi infancia, me acuerdo cuando veía las propagandas de Barbie por la televisión o cuando con mi hermana soñábamos con tener la casita y cosas así, es volver a mi niña interior”.

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Este fenómeno cultural que ambas comparten fue cambiando con el tiempo. Nicole encuentra dos caras opuestas: por un lado, se refirió a la evolución del mercado: “Mi opinión más sincera es que perdió mucha calidad, se dejó de lado ese esplendor que tenían las muñecas antes, con sus vestidos pomposos y maquillajes espectaculares. Ahora son más simples, Mattel hace algunos intentos que tienen algo de lo que eran aquellas muñecas, pero entiendo que tal vez hoy por hoy los niños eligen otros juguetes o prefieren tal vez más la tecnología. Por eso creo yo que Barbie ya no se esfuerza tanto en invertir como antes”.

Por otro lado, celebra que ya no veamos solo la “rubia alta de ojos azules, la única imagen que se tenía”: “Hoy podés ver que hay Barbies peladas, con prótesis, silla de ruedas… siento que es algo muy positivo, ya que cada niñx puede identificarse con una en particular”, opinó. En este sentido, destacó la inclusión y el cambio generacional: “Barbie fue la primera muñeca que sacó a las niñas de jugar al juego de ser madres y les permitió poder ser lo que quisieran ser. No creo que sea solo para las niñas. Hoy por hoy se esta abriendo un poco esa visión, ya los colores no definen un género en particular. Creo que esos prejuicios vienen más de otras generaciones, ojalá no se sigan imponiendo y los chicos sean libres de jugar con lo que quieran”.

En las ferias, en redes, la pasión por coleccionar muñecas crece a paso firme. “Creo que hay bastantes coleccionistas en Argentina, pero es un rubro complicado porque hay pocos lugares donde conseguirlas. Después de la pandemia las muñecas aumentaron mucho su precio”, analizó Nicole.

Por todo esto, la película es un motivo de celebración y un antes y un después en la representación de la muñeca, que llega por primera vez al live action. ¿Qué esperan del film? ¿Cuál será su legado? ¿por qué es importante?

“Espero que la trama sea interesante, que no se discrimine. Estuve muchos años esperando una película de Barbie con actores reales”, reflexionó Lara, mientras que Nicole concluyó: “Creo que es una muy buena oportunidad para que las nuevas generaciones conozcan en profundidad todo lo que es el mundo de Barbie, siento que va a tener una muy buena llegada. Es un mimo para todos los coleccionistas que seguimos a Barbie desde nuestra infancia”.