Los Cadillacs volvieron a tocar en Buenos Aires para celebrar los 30 años de "Matador" con un show fabuloso
La banda se presentó en Buenos Aires después de cinco años, en el estadio Arena de Villa Crespo, con una lista repleta de clásicos que hicieron saltar y bailar al público.
Como motivo de celebración de los 30 años de "Matador", Los Fabulosos Cadillacs aterrizaron en el estadio Arena de la ciudad de Buenos Aires antes de seguir su gira por México. Con un clima familiar, pasadas las 21 horas arrancaron el primero de sus shows el viernes, que lo completó el del sábado que fue transmitido por Start+.
Con un repaso casi exclusivo de su álbum Vasos Vacíos (1993), que incluye el Matador, hit definitivo de la banda, los Cadillacs volvieron a hacer bailar y saltar al público porteño, luego de pasar por última vez por sus escenarios en 2018 cuando se presentaron en el Luna Park con un show al que curiosamente llamaron "Despedida".
La química entre Los Cadillacs y el público era palpable a primera vista, no hubo mucho diálogo con el público, Vicentico hizo una breve alocución y la banda se dedicó a tocar en familia, lo que son después de tantos años, mientras los espectadores saltaban y bailaban al ritmo del ska.
Con un gran porcentaje de miembros fundadores, entre ellos la particular voz de Vicentico, el bajista y gran conductor musical Flavio Cianciarulo, el saxofonista Sergio Rotman, el tecladista Mario Siperman, el baterista Fernando Ricciardi y el trompetista Daniel Lozano. Y como si eso fuera poco, también estuvieron como invitados El Tirri (también conocido como Luciano Jr.) percusionista, y Vaino Rigozzi guitarrista, ambos de la primera etapa de la banda. Además, debajo del set de percusión estaba la foto del Toto Roblat.
A su vez, en la actual formación estable también participan Florián Fernández Capello, en guitarra; y Ástor Cianciarulo, en batería y percusión; hijos de Vicentico y Sr. Flavio, respectivamente.
El show comenzó con la música característica de la película de James Bond y la engancharon con la instumental "Cadillacs", que después conectó una seguidilla de canciones de la primera mitad de los 90', comenzando por "Manuel Santillán, el León", "Demasiada presión", "El muerto" y "Carmela".
Con los vientos característicos de Los Cadillacs más tarde sonó "Estoy harto de verte con otros" y "El genio del dub". Y bajaron la intensidad con "Calaveras y diablitos" y "Los condenaditos".
El Arena volvió a bailar al sonido de "El aguijón", "Nº 2 en tu lista", "Basta de llamarme así", que lo versionaron en ska y bajaron el dramatismo de la versión original que es acústica, y "Saco azul". Siguieron con "Siguiendo la luna" y un final que evocó a "Kaya" de Sumo y "V Centenario".
El bloque de ritmos latinos que puso en marcha “Carnaval toda la vida” -himno nacional de la saudade-, siguió con los power noventosos “Mal bicho” y “Matador”, que marcaron el cierre de la primera parte.
Luego en el interludio, en un solo de bajo, Sr. Flavio hiló “Post crucifixión” (Pescado Rabioso), “Mañana en el Abasto” (Sumo), “La pomeña” (Cuchi Leguizamón) y el himno argentino para derivar en “Vos sabés".
"Mi novia se cayó en un pozo ciego" reavivó el pogo, incentivado más aún por su relectura casi hardcore; como en su versión original, El Tirri fue invitado para poner la voz principal en "Belcha"; y "Vasos vacíos" junto con "El satánico Dr. Cadillac" fueron cerrando el círculo.
El final fue con una de las canciones coreadas por el público desde el inicio del show, "Yo no me sentaría en tu mesa", tema con el que los jóvenes LFC fijaban su postura política frente a las leyes de punto final y obediencia debida.