"Yo soy Gilda"; con esas palabras Myriam Alejandra Bianchi se presentaba al inicio de la canción "Paisaje". Lo que ella no sabía es que se convertiría en mucho más que solo un nombre: era el principio de un movimiento y una revolución que marcaría un antes y un después para las mujeres en la cumbia.
Hija de un empleado público y una profesora de piano, ella trabajaba como maestra jardinera en una escuela de Villa Devoto. Fue esposa y madre de dos hijos, en una sociedad que construía -y construye- la idea de la mujer ligada siempre a lo doméstico. Pero lo que ella siempre quiso fue cantar.
Por eso con un aviso de diario y una película de la actriz Rita Hayworth de por medio nació Gilda, en plena época de los 90' en Argentina y con un contexto social y político diferente, donde todavía no había ley de aborto legal o cupo femenino en los escenarios.
Pero el éxito de sus canciones trascendía el baile y la movida: construían un puente que dirigía directamente a los corazones de todas las mujeres. Es que Gilda les cantaba a ellas, lo que no era común en las letras de cumbia de la época, y generaba así una identificación con sus oyentes.
Pensemos en algunos ejemplos: “Yo me planto y digo basta, basta para mi, porque estoy desenamorada de ti", entona en "Fuiste", y canta en "La puerta": “Te cerraré la puerta en la cara/ Te cerrare la puerta para que aprendas”.
Como podemos ver, se rebelaba contra el abuso de poder y el machismo, y reivindicaba el goce femenino. Así también le cantaba al amor y al deseo de la mujer por tomar la posta y jugársela.
“No me arrepiento de este amor, aunque me cueste el corazón”, dice en "No me arrepiento de este amor", mientras que en "Corazón valiente" exclama: “Porque tengo el corazón valiente, voy a quererte, voy a quererte”.
A su vez Gilda rompió con los estereotipos de belleza en la música y en la cumbia: “No tengo drama con mi cuerpo, aunque en su momento fue una traba muy fuerte para ser aceptada en la movida tropical”, dijo en 'Gilda Un Amor Verdadero'.
"En ese momento se usaban mucho las rubias espectaculares tipo vedette y yo con mi cuerpito y mi cara no daba ni ahí con lo que se esperaba. Así que esa fue una de las razones por la cual en el comienzo se cerraron muchas puertas", siguió.
Hasta hoy la música de Gilda sigue revolucionando todo. De hecho Natalia Oreiro, quien interpretó a la cantante en la película biográfica homónima dirigida por Lorena Muñoz, se unió a Ni Una Menos para adaptar la canción “La marea” en una versión feminista que se corea en las marchas.
¿Qué legado dejó la artista en las mujeres y disidencias de la cumbia actual en nuestro país? Para saberlo Filo.News dialogó con la cantante Carolina Allende y con Pamela Merchan, integrante de la banda de cumbia diversa Ninfas.
"Hace muchos años que hago cumbia en diferentes grupos, y Gilda fue la luz que guió ese camino. Creo que hay algo de las mujeres que cantamos cumbia que vemos una identificación total en su imagen, revolucionó el papel de las mujeres en la cumbia", dijo Allende, quien encabeza la banda homenaje "Somos Gilda".
"El legado que deja es muy grande, estamos hablando de una mujer que irrumpió en este mundo masculino como fue siempre el mundo de la música -añadió la artista- ver a una mujer sola, arriba del escenario, dirigiendo a toda una banda. Yo canto cumbia porque existe Gilda, muchas aprendimos de ella".
Luego comentó: "Querés generar lo que generaba ella arriba del escenario... si bien hacía canciones que le escribían, la mayoría las escribía ella, basada en sus vivencias, volcaba en el papel todos sus sentimientos y se puede ver, había una cosa muy genuina con el público, y eso lo tomé y dije 'quiero esto', es un ejemplo. No sé si ella quiso representar al feminismo pero es emblema, ella abrió la puerta y entramos todes".
Por su parte Pamela sumó: "Gilda es una referente para nosotras, porque además dedicarse a la música y más específicamente a la cumbia, con todo lo que conllevaba eso a nivel social y cultural, se animó a dejar su profesión como maestra para dedicarse 100% a su carrera musical".
"Con lo mal visto que estaba, es algo que incluso hoy resulta difícil animarse. Es una apuesta constante a poner en valor lo que hacemos, las horas que le dedicamos de estudio, de ensayo, el tiempo y la inversión y la producción y más", siguió.
Hace algunos años Ninfas homenajeó a la cantante en Córdoba junto a artistas como Mara Santucho, Ana Rodríguez y Tita Print, bajo el título “Santa Gilda”: "Es una luchadora. Rompió con lo establecido, desafío el sistema y se jugó por lo que la movilizaba y la hacía vivir. Hoy es una referente para nuestras luchas, más con este movimiento feminista que nos empuja a seguir, que nos hermana y nos ayuda a luchar contra las injusticias con sororidad", continuó.
Este 7 de septiembre se cumplen 25 años de su muerte. En este día y siempre: su legado sigue presente en todos los corazones y en la lucha de las pibas.